Lamenta y exige, pero no condena

Cuba. Me centraré en la indefinición del gobierno español en este asunto. Empezó el presidente del gobierno, que realizó una intervención el miércoles en la sede de la ONU en Ginebra, que es la sala de los Derechos Humanos decorada por Barceló, y se ve que al final se añadió al discurso una velada referencia a la muerte de Zapata que casi nadie detectó. Al día siguiente, ante representantes de las Comisiones de Exteriores de los Parlamentos nacionales de los países miembros de la UE, reunidos en el Congreso de los Diputados, sí dijo lamentar el hecho y solicitó la liberación de todos los presos políticos de Cuba, pero no condenó la muerte ni al gobierno cubano. O sea, el primer día nada y el segundo insuficiente.

Las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores en el mismo foro, después del presidente, tampoco son para dar palmas. Moratinos dijo que el diálogo con los mandatarios cubanos es la mejor manera para avanzar en el respeto de los Derechos Humanos en la isla, al considerar que ha quedado demostrado que la política de sanciones y de aislamiento no da resultados. "¿Es que la política del bloqueo, las sanciones a Cuba dan mejores resultados? No han dado muy buenos resultados", se respondió él mismo. Hombre, ministro, a lo que se ve el diálogo tampoco es muy efectivo. Nota: la última anotación del ministro en su blog es del 11 de enero, sobre Afganistán.

Otro miembro del gobierno que ha sido preguntado por el tema es Manuel Chaves. El vicepresidente de pega ha asegurado que el Ejecutivo "deplora profundamente" [un eufemismo como el de lamentar] la muerte del disidente cubano Orlando Zapata así como el "déficit de derechos humanos en Cuba", al tiempo que apuntó que el gobierno "siempre ha estado preocupado" por la situación de los Derechos Humanos en la isla. ¿Siempre?

El miércoles el ministro de Justicia estuvo en 'Hora 25' de la Cadena Ser (escuchar audio). Se le preguntó por lo ocurrido y ésta de aquí abajo es la transcripción de ese fragmento:

Àngels Barceló: Hoy hemos conocido en Cuba la muerte de un disidente, de Orlando Zapata. ¿Por qué el gobierno ha sido tan tibio en la condena?

Francisco Caamaño: Bueno yo creo que el gobierno ha dicho con claridad que lamenta muchísimo la muerte de esta persona y esto es efectivamente lo que se puede decir, no y lamentar mucho esta situación que ha vivido y por tanto la muerte de una persona en estas circunstancias. Así lo ha dicho la vicepresidenta primera [De la Vega sólo dijo que "lamenta el trágico desenlace"] y yo creo que... que es...

Àngels Barceló: ¿Ningún tipo de condena? [Caamaño titubea] No digo ya al régimen, al tratamiento de los derechos humanos por parte del régimen cubano...

Francisco Caamaño: Estamos en el supuesto, como es conocido, de una especie de huelga de hambre [¿¿¿???], no sabemos muy bien tampoco en qué circunstancias y en las que se produce por tanto un conflicto entre la voluntad de la persona y la capacidad de intervención del estado, un conflicto que nosotros mismos hemos vivido en algunas circunstancias [de Juana Chaos, al que se le hospitalizó bastante antes de llegar a los 85 días alcanzados por Zapata] y por tanto delicado también de resolver desde el punto de vista jurídico, y ante esa situación, yo creo que [ininteligible] respuesta, decir, lamentar esta circunstancia [una muerte es ahora una circunstancia] y que no se hayan podido tomar otro tipo de decisiones".

Barceló no insistió, viendo que de ahí no se podía avanzar más. Eso sí que es andarse por las ramas, ministro. Observen la indefinición, las pobres excusas, la falta de condena explícita o la incomprensible expresión "una especie de huelga de hambre". Esto del mismo ministro que dijo que la propiedad intelectual era un derecho fundamental.

Otro mérito del ministro de Justicia fue la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que impide juzgar los crímenes de lesa humanidad si no hay españoles implicados. A raíz de ello se han archivado las denuncias contra el estado judío, la interpuesta por Aminatou Haidar contra Marruecos y ahora la relativa a la represión de China en el Tibet.

En lo concerniente a la actitud del gobierno local de la isla (también llamado 'régimen' cubano, que me digan qué hace que a un gobierno se le aplique esa etiqueta) sobre las circunstancias en que se ha producido la condenable, sí, condenable muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo, que me parece un preso político. Que probablemente en España también los hay aunque no tengan ese nombre, pero eso no disculpa a otros países por tenerlos. Nada justifica tener a una persona en la cárcel sólo por pensar diferente. Un simple albañil. Ni en Cuba, ni en España, eh. Y van y le echan la culpa a EEUU. Jolín, para algo que no hacen los yanquis y también se la cargan.

No ya que el presidente de Brasil estuviera en la isla. Ni que Raúl Castro no lleve uniforme militar, que eso sigue siendo una dictadura. Y que no se ha escuchado a ningún gobierno latinoamericano condenar lo ocurrido. Toda la legitimidad que pudiera asistir a Cuba cuando denuncia boicot comercial o político procedente del exterior la pierde cuando no permite la menor crítica o discrepancia interna y encarcela a la gente por ello. Es decir, les deslegitima. No me parece lícito cargar contra la prensa española "oficial" diciendo que tienen montada una conspiración contra Cuba ni nada parecido. Habrá quien diga que ninguna idea justifica dejarse morir de hambre, por parte del que hace la huelga. Bueno, pues tampoco ninguna justifica que el estado no le atienda y para empezar que no se deje a esa persona expresarse libremente. Porque la clave es que este hombre no debió haber ido a la cárcel por este motivo.

Una dejadez institucional como la que ha permitido morir a Zapata, en la cárcel sin haber cometido más crimen que pensar a la contra de lo establecido, no es admisible ni justificable. Tras su muerte, más gente se ha puesto en huelga de hambre y las autoridades les tratan como animales. Dice Raúl Castro que en Cuba no hay torturados, pues a encerrar a alguien en una celda de castigo de 2x3 metros sin otra cosa que un agujero en medio para tus necesidades no sé cómo lo llamará este señor. Y por supuesto la condena se debe dirigir a los gobernantes actuales de Cuba, no a Cuba ni a los cubanos, unos de los países más queridos por los españoles por los lazos que nos unen a ellos.

No hay motivos para pensar que Cuba no fuera a mantener, en una posible democracia, lo que mucha gente que conoce las circunstancias de la isla defiende como puntos positivos, como su alto nivel educativo y sanitario. Bastaría con establecer en una futura constitución que la Educación y la Sanidad fueran públicos. Y claro, que la ley se cumpla, no como aquí. Y como se ha publicado tanto sobre esta muerte durante toda la semana no pondré ningún enlace más, creo que sería redundante. Quien quiera informarse sobre la situación en Cuba sabe cómo hacerlo, no me cabe duda. No debe haber sido muy justa la muerte de Zapata cuando he leído a destacados referentes de la izquierda condenar lo ocurrido.

Si alguien quiere transmitir sus opiniones al gobierno cubano, puede probar a escribir a la embajada de Cuba en Madrid, como invitó el programa 'El Intermedio', de La Sexta, este pasado jueves (en la imagen). Ah, y un abrazo para Chile.

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