Yo no lo haría

El periodista Dan Gillmor publicó el año pasado dos listas de cosas que haría o que no haría si fuese el director de un medio de comunicación, pongamos que un periódico. La última de sus recomendaciones, la 22 de dos bloques de 11, fue: "No publicar piezas de opinión de políticos o ejecutivos de empresa. Para eso pueden usar sus propios blogs". En inglés es "11. No op-eds from major politicians or executives. OK, this is a minor item. But these folks almost never actually write what appears under their bylines. We’re being just as dishonest as they are by using this stuff. If they want to pitch a policy, they should post it on their own web pages, and we’ll be happy to point to it".

La traducción sería: "No publicaría ningún texto de políticos de renombre o ejecutivos (directivos). De acuerdo en que es un tema menor. Pero esta gente en realidad casi nunca escribe lo que aparece firmado por ellos. Somos tan deshonestos como ellos por usar dicho material. Si ellos quieren lanzar una política, deberían escribirlo en sus propias páginas web, y entonces estaremos encantados de hacernos eco de ello".

Bueno, pues aquí en España desde luego jamás aplicamos esta recomendación. Las colaboraciones en prensa de nuestros políticos son más que habituales, poniendo en cuestión el prestigio y la independencia del medio. Los lamentables textos sobre derechos de autor y propiedad intelectual, obra de los responsables de Cultura del PSOE y del PP, publicados en un intervalo de dos semanas por el diario El País, y ya comentados en este blog, son una prueba palpable de ello. Los dos textos se centraron en exclusiva en defender sus propias posiciones, atacar al adversario y de paso criminalizar al usuario de Internet, con lo cual no aportaron nada de interés al debate, antes al contrario lo banalizaron y empobrecieron. Como pasó en esta ocasión, estas tribunas o colaboraciones carecen del menor interés práctico o intelectual, ya que se limitan a vomitar consignas conocidas y preestablecidas, para intentar venderte su producto. Es propaganda electoral fuera del periodo asignado.

Pues bien, este domingo nos desayunamos con otro ejemplo, según he visto en la esquina inferior derecha (pésimo lugar, por otra parte) de la portada de El País: un artículo conjunto de Herman Van Rompuy y Rodríguez Zapatero -que dudo hayan escrito ellos- sobre los "retos" de los seis meses de presidencia rotatoria de España en la UE, que es de esperar sean atenuados por la presencia del belga, primer presidente permanente. Yo no lo hubiera publicado, por el principio propuesto por Gillmor y comentado al inicio.¿El artículo es interesante? Seguramente no. El propio Zapatero nos expuso parte de estos retos en su última comparecencia del año pasado y todos los periódicos nos desglosaron esta agenda de compromisos en sus ediciones del día 2, incluso antes. Hace unos días cargué contra una portada de Público que decía cómo nuestro presidente del Gobierno iba a "liderar" a la UE para sacarla de la crisis, o sea que ya contaba esto mismo. Si no puede sacarnos a nosotros, ¿cómo va a sacar a los demás? Periodismo-ficción. Total, que el artículo en cuestión es perfectamente prescindible porque nos contará cosas que ya sabemos. Y, por cierto: Zapatero es el presidente de todos los españoles. ¿No debería enviarse el texto a todos los periódicos, y no solo a uno? Ya pasó lo mismo cuando el presidente mandó un artículo, también a El País, sobre el Día del Maestro. Si no vas a tratar por igual a todos los medios, mejor que no mandes nada.

Sobre lo poco que vemos en el texto de portada, lo de la crisis ya lo he comentado. En cuanto a potenciar la voz de Europa en el concierto internacional, será difícil teniendo al frente gente de perfil tan bajo como han dicho todos los analistas: Van Rompuy y Ahston. Y si le sumas a Zapatero y Moratinos, hacen sosería al cuadrado. Y, ¿acercar Europa al ciudadano? Bueno, si el Tratado de Lisboa es un perfecto desconocido y no se nos ha permitido escoger a Van Rompuy y Alston, sino que fueron designados en una serie de opacas reuniones, sin luz ni taquígrafos, y bajo la premisa de no alterar los equilibrios de poder dentro de la UE, ¿cómo pretenden que los ciudadanos sientan estas instituciones como algo, no ya suyo, sino remotamente cercano?

P.D. De hecho Exteriores ha informado que, de funciones de representación exterior de la Unión, nuestras embajadas NADA DE NADA. Casi que mejor.

Y por si no bastara con ese artículo conjunto sobre la presidencia de la UE, también tenemos uno de Alfredo Pérez Rubalcaba, en el mismo medio, sobre las cifras de accidentes de tráfico hechas públicas ayer. ¿Para qué está la web de la susodicha presidencia? ¿Para qué la web del Ministerio? ¿Qué aportan de novedoso estos textos?

Si alguien le tiene mucha manía al PSOE o al Gobierno, hoy no debería leer El País, porque aparte del presidente y del ministro del Interior, también hay entrevista a otras dos integrantes del gabinete: Trinidad Jiménez y Ángeles González-Sinde. ¡Parece un monográfico o un publirreportaje! ¿Dónde están los bomberos de Fahrenheit 451 cuando se les necesita?

Por suerte el rotativo de Prisa aún lleva algún texto digno de ser salvado de la hoguera: "La revolución verde será local", sobre la lucha de los ayuntamientos contra el cambio climático; "Presa en su propia casa", sobre el arresto domiciliario y la recuperación de Aminatou Haidar, y "Las abuelas olvidadas de la Memoria Histórica se rebelan en Cuba", sobre la reforma legal ejecutada por España para otorgar la nacionalidad a los hijos y nietos de emigrantes, y que impide dicha posibilidad a las abuelas españolas casadas con extranjeros, que no tienen derecho a transmitir a sus nietos la ciudadanía. Una absoluta injusticia por la que un centenar de cubanos han presentado recursos en España por considerarla inconstitucional.

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