Pisoteando a una institución fundamental


Constitución Española. Título preliminar.
Artículo 8
    1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

    2. Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios de la presente Constitución.

Bueno, pues tenemos que el Gobierno tiene en marcha una modificación de la Ley de la Carrera Militar, que va a ser la segunda desde su entrada en vigor, en enero de 2008, y para la cual, según denuncia la AUME, se va a acudir al método de las enmiendas transaccionales a la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2010, lo que ha impedido la existencia de un debate parlamentario sobre la misma. Además denuncian el "abandono" y "olvido" de los problemas de los suboficiales, soldados y marineros en la Ley de Carrera Militar.

En un documento en pdf presente en su web se pueden ver tanto sus principales reivindicaciones como el histórico y antecedentes de todas las noticias relativas a la concentración que tiene hoy lugar frente al Ministerio de Defensa. Casualmente cuatro días antes de este acto, la ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció que su Departamento ya tiene listo el "borrador de la que debe ser la Ley de Derechos y Deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas".

Dudas sobre puntos concretos y sin aclarar por el Ministerio:

- Los nuevos cometidos para los suboficiales que automáticamente ocuparán los puestos y cometidos que antes eran desempeñados por los oficiales de la Escala de Oficiales.
- Sigue sin clarificarse si habrá un porcentaje fijo de plazas para promoción interna.
- Las evaluaciones continúan siendo una fuente de agravios y desigualdades, mientras no se tengan en cuenta las trayectorias profesionales de los militares que ya tienen gran parte de su carrera realizada.

"El Ministerio de Defensa parece incapaz de dar respuesta definitiva y eficaz a los múltiples problemas que se producen en relación con la aplicación y desarrollo de la Ley de la Carrera Militar -N.d.A.: y que hasta hace poco el Ministerio negaba que existiesen-. Es evidente que falta voluntad política de afrontar, de una vez por todas, esta situación". "(...) es evidente que el Gobierno tiene un doble discurso. Uno, es el que pretende dar en sede parlamentaria; el otro, el que está aplicando en la actualidad, precisamente, utilizando preceptos de la Ley de la Carrera Militar" (...). "(...) debe el Gobierno acordar la desclasificación de los Informes Personales de Calificación, IPEC, los cuales, en la actualidad, están clasificados por el Gobierno como materia reservada". "(...) Resulta inadmisible que informes de los que depende la carrera profesional del militar sean secretos incluso para cada interesado. Esto no sucede en ningún otro ámbito del derecho español". Así, dicen, se hace necesaria la concentración de este domingo dada "la incapacidad del Ministerio de Defensa para dar respuesta y para hacer realidad uno de los principios fundamentales del Estado de Derecho, que es el de la participación de los ciudadanos en los asuntos que les afecten (...)".

Yo no hice el servicio militar, por impedimentos físicos, pero me alegré cuando el gobierno del Partido Popular eliminó esta práctica y profesionalizó el ejército. Además, las Fuerzas Armadas Profesionales se han convertido en un apetecible destino laboral, al que están accediendo un buen número de inmigrantes, que así tienen más fácil su integración. Se diría que es como un trabajo cualquiera, salvo por las implicaciones que conlleva. Al margen de que uno pueda pensar si un ejército es necesario o no, que yo pienso que sí es necesario para algunas cosas. Debe quedar claro que, dado que el ejército existe y tiene sus funciones, sus integrantes deben de tener derecho a realizar su labor en las mejores condiciones posibles, por supuesto respetando sus derechos individuales, que deben ser los mismos que los que cualquier ciudadano. Todo parece indicar que ahora mismo no es así y tampoco lo será tal y como se está llevando a cabo la reforma legal. Ellos mismos insisten en la web en el hecho de que son ciudadanos con familias como todos, debajo de los uniformes.

A mí no se me podrá convencer de que estando en Líbano y sobre todo en Afganistán, el ejército español se halla 'garantizando la soberanía e independencia de España', ni 'defendiendo su integridad territorial y el ordenamiento constitucional'. La Ley de la Carrera Militar perjudica precisamente a aquellos a quienes es aplicada y sus funciones, en concreto en el exterior, tampoco parecen estar correctamente delimitadas. Entre las instituciones que han mostrado su apoyo a la concentración de hoy se encuentran AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles), CCOO, UGT, SUP (Sindicato Unificado de Policía), CEP (Confederación Española de Policía), SPP (Sindicato Profesional de Policía), ERNE (Sindicato Profesional de la Policía Autónoma Vasca), SPC (Sindicat de Policies de Catalunya) o Movimiento contra la Intolerancia, ya que Esteban Ibarra hará lectura de un manifiesto redactado por AUME. También envían representantes Izquierda Unida y UPyD.

Al margen de que estos colectivos le caigan a uno mejor o peor, que un Gobierno tenga de uñas a la Guardia Civil -derechos individuales y colectivos, condiciones lamentables de las Casas Cuartel, condiciones laborales de los suboficiales-, a la Policía Nacional -acusación velada del presidente y la vicepresidenta sobre su responsabilidad en el caso Haidar- y al Ejército -Ley de la Carrera Militar- no me parece ni mucho menos aconsejable, siendo quienes deben velar por la seguridad de nuestras calles -aunque a veces se pasen tres pueblos, ese es su trabajo-.

Por lo menos porque en unas malas condiciones de trabajo y con la falta de confianza de sus superiores políticos me quiero imaginar que deberán hacer un buen acopio de resignación y profesionalidad para cumplir y no errar en su labor -los casos de baja por depresión supongo que serán numerosos aunque el Gobierno no facilite cifras-. Es evidente que en un estado de presión y estrés constantes es más fácil tener accidentes y cometer fatales errores. Más otras deficiencias ya denunciadas largamente en sueldo y materiales. Y el Gobierno no sólo no estaría contribuyendo a resolver estos problemas sino que vemos cómo está creando otros nuevos. Las fuerzas de seguridad y el ejército deben democratizarse.

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