La agonía de un proyecto sin ideas

Me refiero al PSOE y a su -al parecer- errática forma de gobernar, por lo visto en las últimas fechas. La falta de un plan, un rumbo o una hoja de ruta parecen evidentes en casos como la central nuclear de Garoña, donde se avanza a salto de mata. De la Vega ya dejó entrever el viernes que la central iba a cerrar, al garantizar que habría protección para los trabajadores. Éstos pedirán cobrar los diez años de vida útil aprobados por el CSN. Intenta el Gobierno agradar a todas las partes, y eso no es posible. Las alternativas para la zona cuando la central cierre no están claras, y todo parece fruto de un arrebato o una decisión de última hora. Los trabajadores han llegado hasta La Moncloa.

Resulta sorprendente el enfrentamiento entre dos facciones dentro del Consejo de Ministros, una en contra y otra a favor. El empeño de Miguel Sebastián en obtener nuevos informes para intentar prolongar la vida de la central. Enfrente, el empecinamiento de Zapatero en cerrarla. Si el cierre estaba contemplado en el programa electoral, ¿por qué no han planificado el futuro de la instalación y de la región desde que ganaron? ¿Por qué ese ocultismo y esas aparentes dudas y discrepancias ante la opinión pública? Greenpeace dice que es ilegal la petición de nuevos informes por parte de Sebastián.

Otro ejemplo de precipitación consiste en querer cerrar la financiación autonómica antes del 15 de julio, de la mano de un Manuel Chaves que elabora un calendario a toda prisa, que casi no tiene competencias y que ya se encontró a presidentes regionales que sólo querían hablar con la ministra de Economía.

Otra iniciativa electoral del PSOE que parece cogida con calzador es la Ley General Audiovisual, porque incluye el manido tema de la implantación de la TDT. ¿Por qué el Ministerio de Industria -otra vez Sebastián de por medio- lanza de repente el plazo para las licencias de TDT de pago cuando ni siquiera la TDT gratuita está implantada en España, y además se dice desde diversos sectores que los descodificadores actuales no están preparados para la TDT de pago, con lo que habría que comprar otros nuevos?

¿Por qué un nuevo modelo de financiación de RTVE sin consenso y haciendo pagar un porcentaje a los operadores de telecomunicaciones, haciendo que los ciudadanos sufragen de forma indirecta lo mismo que ya hacían vía presupuestos generales? ¿Por qué la nueva Ley General Audiovisual y la nueva financiación de RTVE benefician tan descaradamente a las televisiones privadas, que la consideran "un acierto"?

¿Por qué una nueva ley de extranjería que, tras ser muy restrictiva en sus inicios, sigue teniendo serias lagunas en su articulado a pesar de haber sido enviado a consultas a diferentes sectores y agentes implicados en la materia?

En cuanto a la reforma de la Ley del Aborto, el Ministerio de Igualdad y el Grupo Parlamentario Socialista han descalificado el informe del Consejo Fiscal al considerar que el citado órgano ha hecho una lectura "ideológica y confesional" del anteproyecto de ley, en lugar de limitarse a aportar argumentos jurídicos para sostener su oposición a la norma. ¿Y limitarse a decir que se ha hecho una lectura "ideológica y confesional" sí es un argumento sólido?

El debate sobre esta reforma ha provocado una intolerable y gran hostilidad hacia las clínicas de abortos. No olvidemos que el aborto ya era legal bajo tres supuestos antes de este proyecto de reforma. Pero una ministra, a la que se debería exigir un nivel mínimo, diciendo que un feto de 13 semanas es "un ser vivo" y no un "ser humano", o que una menor también puede "ponerse tetas" sin consentimiento paterno, no ayuda demasiado.

¿Por qué una política económica dando bandazos, un día subiendo impuestos y al siguiente bajándolos, un día pidiendo el apoyo de la izquierda (IU-ICV) y al otro buscando la ayuda de la derecha (PP, CiU)? Lo del martes pasado fue de traca. También se han aliado con los conservadores para cercenar la justicia universal y les buscan para el fondo de ayuda bancario. Ya son muchas voces dentro del PSOE las que piden a Zapatero que cese la confusión. Por lo visto la remodelación ministerial sorpresa de Semana Santa solucionó disfunciones, pero creó otras nuevas. Según Público, se ha proyectado la imagen de que el Gobierno se mueve sin rumbo, y porque se han dejado al descubierto las carencias internas y la falta de coordinación del Gobierno, el Grupo Parlamentario Socialista y el PSOE. A ello han contribuido notablemente algunas decisiones adoptadas por Zapatero desde que comenzó el año, en lo que muchos califican de "pésima política de personal".

¿Y el nuevo modelo productivo que Zapatero anunció durante el Debate del Estado de la Nación?

El País Semanal ha buscado durante tres meses a 100 personas que se ajustaran a la realidad demográfica española (mismo número de hombres que de mujeres, un 12% de inmigrantes) para configurar una radiografía del estado actual de España. Cuatro de estos entrevistados han sido recibidos por Zapatero en La Moncloa, siendo el reportaje estrella de la revista este domingo.

No le leído el reportaje ni lo voy a leer. Me basta con la frase, pronunciada por Zapatero, que se ha escogido como titular: "La crisis parecía un aterrizaje suave y ha sido un 'aterriza como puedas'". Esto quiere decir que o no veía ni por asomo la que se nos venía encima, o que miente muy bien, o ambas cosas. Durante la campaña electoral, él y su partido se encargaron de desmentir que viniera crisis alguna, y una vez instalados en ella tardaron aún varios meses en reconocerla. Y ahora aprueban medidas urgentes para combatir aquello que -decían- no existía más que en la mente de algunos agoreros.

Por tanto sólo con leer esa frase ya me hago una idea del resto del reportaje y de la catadura moral del individuo. La crisis que azota a España es demasiado grave como para resumir la situación haciendo un chascarrillo con la referencia a una película de comedia estadounidense.

Si ya es esclarecedor ese titular, como dice Ignacio Escolar, "sin duda lo más chocante, por lo que supone, es este otro pasaje, que explica muy bien cómo se toman algunas decisiones en La Moncloa en un gobierno cada día más presidencialista: “Una de las experiencias que no imaginaba que viviría como presidente es convertirme en ingeniero de obras. Cuando tuvimos el lío del AVE a Barcelona, en el que a una constructora se le hunde un túnel, todo acabó en mi despacho, encima de mi mesa”. Asegura Zapatero que tuvo que aprender a velocidad de vértigo cuestiones básicas de ingeniería para decidir cómo salir del desaguisado. “Al final decidí entre dos opciones de dos constructoras diferentes sobre cómo arreglar aquello […] Me llevó muchas horas de desgaste. Fueron dos o tres días en los que tuve que decidir, con dos constructores en mi despacho. Y, bueno, intuitivamente decir: por aquí vamos a hacer esta obra. Y salió bien. Es lo que a veces pasa: tienes todos los técnicos… pero, cuando se monta un lío, ni técnicos ni nada”.

¡Pues vaya! Conclusión: el Gobierno (o sea, Zapatero) se deja llevar por la improvisación, cuando no por la precipitación, a la hora de conducir la nave llamada España. No parece ya el capitán más adecuado para llevarnos a puerto sanos y salvos.

Vale que el PP no es tampoco un dechado de virtudes, de modo que listos estamos. ¡Socorro!

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