"Es un tema opinable si hay crisis o no hay crisis"

¿Quién dijo esta frase que encabeza el post? Pues el presidente Zapatero, en El País del 29 de junio del año pasado. Desde entonces, ya se sabe, ha habido que rescatar Caja Castilla la Mancha, aprobar un plan para salvar bancos y cajas con un montante inicial de 9.000 millones, hay cuatro millones de parados, y así un largo etcétera.

Tampoco son la alegría de la huerta los datos conocidos en el día de hoy. El déficit público cerró en mayo en los 19.543 millones de euros, un 1,78% del PIB, con una fuerte caída de los ingresos que roza el 16% en los cinco primeros meses del año. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ha asegurado que el déficit "no puede crecer más" este año y planteaba la supresión del cheque de 400 euros y un aumento de impuestos. Además el superávit de la Seguridad Social es un 26,66% menor al del año pasado en el mismo periodo. Ocaña ha atribuido la mitad del déficit a las políticas anticrisis del Gobierno. O sea que no se debe aumentar el déficit pero el Gobierno ha barajado la idea de aumentar el gasto público dando ayudas a los parados sin prestación.

Para colmo de males, el Ejecutivo central se halla negociando la financiación con las comunidades autónomas, lo que supondrá más gasto porque todos quieren sacar su tajada en lugar de buscar la austeridad. Y como Zapatero le prometió mucho dinero a Cataluña, ahora resulta que Andalucía y Extremadura, que casualmente también están gobernadas por socialistas, protestan porque no quieren ser discriminadas en el reparto. El presidente de la Generalitat tampoco está contento con los avances, ya que ha puesto el mes de julio como fecha límite para alcanzar un acuerdo en la materia. Otra patata caliente para Zapatero.

La Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas, está en contra del nuevo modelo de financiación autonómica y advierte de que "no es necesario aumentar la cesión de impuestos a las CCAA", ni limitar los mecanismos de igualación.

La descentralización del estado, en algunos aspectos, lejos de agilizar las cosas, las han ralentizado, ya que el gasto en funcionarios y el tiempo perdido en burocracia se han doblado. En algunos casos asistimos a gastos absurdos, como lo es el hecho de que haya comunidades autónomas con embajadas (agregados comerciales, turísticos o culturales, sobre todo). Según ABC son hasta 196, la cuarta parte catalanas. Si el dinero de las transferencias tiene este destino, aviados estamos, porque será lo mismo que quemarlo o tirarlo a la basura.

Otro dato económico que invita al pesimismo es el descenso en el número de pernoctaciones, que han retrocedido un 10,2% entre enero y mayo frente al mismo periodo de 2008 a pesar de que los hoteleros han bajado sus tarifas en un 5,3%. Para salvar el verano turístico, Andalucía y Turespaña llevarán a cabo una intensa promoción en las próximas fechas, hasta en 24 países, para la captación de viajeros.

Otro hecho que juega en contra de España es su bajo nivel de presión fiscal, siendo el segundo país de la zona euro que menos grava el consumo, sólo adelantados (es un decir) por Grecia.

Ruptura del pacto PSOE & IU-ICV

El PSOE ha retirado a última hora la enmienda sobre la reforma del IRPF por falta de acuerdo con IU, cuando todos lo daban por hecho. Perseguía reformar el Impuesto de la Renta y el de Sociedades, gravando las rentas más altas y revisar las promesas electorales del PSOE plasmadas en los cheques de 400 y 2.500 euros. A cambiar de golpe todas las webs y todas las primeras páginas para mañana.

La subida de impuestos rota en el último momento entre PSOE e IU-ICV hubiera desmentido la afirmación del presidente del Gobierno, que aseguró hace una semana que no aumentarían las tasas a la largo de este año. El acuerdo alcanzado a mediodía preveía dar mayor progresividad al incentivo de 400 euros a asalariados, pensionistas y autónomos y a los 2.500 euros del «cheque bebé». Además, también habían pactado gravar con más impuestos a las rentas más altas y revisar al alza las tributaciones de los futbolistas extranjeros.

Al parecer el pacto se ha roto al no haber asegurado la coalición de izquierdas que sus dos diputados, Llamazares y Herrera, fueran a votar el jueves a favor del techo de gasto y el cuadro macroeconómico para 2010. ¿Cuáles serán las consecuencias inmediatas? ¿Peligrará la aprobación de los presupuestos? Ahora los diez parlamentarios de CiU, que pueden colgarse la medalla de haber evitado una subida de impuestos, resultan claves para sacar adelante -con su abstención- la votación del jueves. El PSOE, en un peligroso precedente de consecuencias aún imprevisibles, se echa en brazos de los nacionalistas conservadores y desprecia a sus posibles socios ideológicos.

No admite sugerencias

Rodríguez Zapatero, de viaje en Nigeria, ha roto la norma no escrita que consiste en no responder preguntas de ámbito nacional cuando está en el extranjero, y ha respondido a las declaraciones de Jean-Claude Trichet y Miguel Ángel Fernández-Ordóñez, en las que pedían reformas fiscales y laborales de forma perentoria. Ha declarado que "No está en el programa del Gobierno abaratar el despido ni hacer reformas que restrinjan los derechos laborales. Los programas están para ser cumplidos". De nuevo su vertiente cabezota. Si la situación existente en la actualidad, sobre todo en economía, es radicalmente distinta a la del inicio de 2008, fecha de la elaboración del programa electoral, ¿no procede adaptar o modificar el programa a las circunstancias, al igual que se ha adoptado un plan de recorte del gasto en los Ministerios?

Qué manía con el programa. No es serio un programa electoral que planteaba propuestas como el regalo de 400 euros en el IRPF -para el que le tocara- o que llevaba el cierre de Garoña sin evaluar todas las variables. No se puede gobernar a base de ocurrencias. Hay que tener una visión más a medio y largo plazo.

Han sido varias las declaraciones de diversos expertos y agentes economicos pidiendo al Ejecutivo español una reforma fiscal y laboral. Miguel Ángel Fernández-Ordóñez abogaba por reformar el sistema de contratos, reducir el gasto público y recomendado que las entidades que reciban dinero público consideren la posibilidad de fusionarse. Al ministro de Trabajo le ha faltado tiempo para replicar al gobernador del Banco de España y afirmar que la reforma laboral es eludible. Otro al que tampoco le gustan los cambios, porque le va muy bien sin quejarse y recibiendo jugosas subvenciones, es al secretario general del sindicato UGT, Cándido Méndez, que para "defender los derechos de los trabajadores" se dedica a atacar a Ordóñez y Trichet, en lo que es más bien criticar por criticar, porque lo lleva incluido de serie. El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, en sintonía con el responsable bancario español, ha instado a una reforma laboral y la moderación salarial, afirmando que no se puede gastar más y no se puede acumular más deuda.

De acuerdo, señor presidente: no abarate usted el despido ni restrinja derechos, pero no tergiverse estas declaraciones de Trichet, Almunia, Fernández-Ordóñez y otros para su propio beneficio y construir así un parapeto para no reformar lo más mínimo ni el mercado laboral ni el modelo productivo. Me da que si no quiere hacer las necesarias reformas estructurales se debe a que no quiere despertar la ira de los sindicatos por temor a una huelga general.

A unos se les hace más caso que a otros

Las Cámaras de Comercio han pedido rebajar la cotización de las empresas a la Seguridad Social y subir el IVA, pero no han recibido ninguna respuesta institucional. Se ve que hay quejas que logran hacer más ruido que otras. La propuesta de las Cámaras ha contado con el apoyo del ex ministro Jordi Sevilla, presente en el acto como evaluador. Otro agente económico que tampoco ha recibido respuesta a sus sugerencias es el también socialista Joaquín Almunia, comisario de Economía de la UE. También a favor de una reforma, dice que, aunque el diálogo social es importante, "los gobiernos tienen que asumir la responsabilidad de poner las iniciativas encima de la mesa y, en última instancia, tomar las decisiones que parecen necesarias", aunque sea al margen de dicho diálogo. Insisto, creo que el Gobierno no desea soliviantar a los sindicatos, a los que tiene convenientemente anestesiados.

¿Nadie ha pensado que la productividad de España podría aumentar si se modifican los horarios, entrando y saliendo más pronto del trabajo y adelantando el horario de "prime time" en televisión, entre otras de las medidas propuestas por la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles, presidida por Ignacio Buqueras, y a las que nadie parece querer hacer el más mínimo caso?

El presidente del Gobierno, comparecerá el próximo julio en el Congreso en un pleno extraordinario, para informar de las medidas adoptadas por el Ejecutivo para atajar el paro y la crisis. Lo iba a pedir la oposición, pero el PSOE se ha adelantado y lo convierte en iniciativa propia para evitar una posible derrota a la hora de la votación en el Congreso.

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