Valoración del gabinete (III)

Ángel Gabilondo, Ministro de Educación. Lleva en el cargo desde abril y dijo que quería un pacto de Estado por la Educación. Se ha reunido dos veces con el Partido Popular. Eso no es un pacto de Estado, es un pacto entre los dos grandes partidos. Ni con los alumnos, ni con los padres, ni con los sindicatos, ni con los profesores. A su antecesora le quitaron Universidades para dárselo a Ciencia y Tecnología y a él se lo devolvieron, vaciando aún más de contenido la cartera de Garmendia. Es evidente que no puedo pasar por alto las protestas ante la aplicación del "Plan Bolonia". Por lo demás no le hemos visto hacer demasiado, es otro de esos "ministros invisibles".

Haber sido rector universitario no quiere decir que vayas a ser un gran ministro de Educación. Le he visto hablar en público dos veces: una, en la rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros; la otra, en la clausura de una semana sobre educación, una especie de convención o seminario. Habló de la importancia de la educación en la sociedad. En la rueda de prensa, el primer evento referido, se comportó como si él fuera un profesor y los periodistas unos alumnos atendiendo una lección. Aún más, les trató como a imbéciles. Usó lenguaje pedante y académico, repetía las cosas con un tono como si estuviera dando una bronca en algunos momentos. Más que un ministro en una rueda de prensa, era un profesor en clase. Debió adecuar el lenguaje y sus maneras a los interlocutores que tenía enfrente, es lo que haría un buen comunicador. Parece que no ha aprendido gran cosa de su hermano. En cuanto a la conferencia, pasó tres cuartos de lo mismo: lenguaje preciosista y más propio de estar dando una lección magistral que de otra cosa. De esas que el profesor entra en clase, se pone a soltar su rollo, te cansas a los diez minutos, él sigue, no admite preguntas y como vino se fue. Punto.

Y por supuesto, lo que le concede la nota, un suspenso, es la concesión a los acuerdos de su secretaria de Estado, Eva Almunia, con Microsoft, que pueden ser constitutivos de prevaricación al vulnerar la ley de contratos de la administración pública, por una absoluta falta de transparencia en el contenido de los acuerdos, firmar con una empresa condenada por prácticas monopolísticas y darle una patada al software libre y a la libre concurrencia.

Celestino Corbacho, Ministro de Trabajo e Inmigración. Podría resumirlo diciendo "cuatro millones de parados" y "nueva y restrictiva Ley de Extranjería", pero intentaré enrollarme un poco más. Este señor, que venía con la vitola de haber sabido integrar a los inmigrantes en la localidad de la que era alcalde, Hospitalet de Llobregat, ha demostrado que el cargo le viene grande. En verano fracasaron las negociaciones por el pacto social y la reforma laboral. Podemos pensar que estaban condenadas de antemano al fracaso, y acertaremos, pero el Gobierno, con un excesivo protagonismo de Zapatero, no podía pretender lo que intentó: arreglarlo todo en una cena a última hora, con una fecha límite marcada por él mismo en el calendario. Casualmente patronal y sindicatos están acercando posturas para un acuerdo en la negociación de los convenios colectivos ahora que el Gobierno ya no está como interlocutor. Zapatero ha dicho este miércoles que habrá más paro en 2010 -unos 300.000- y que no se empezará a crear empleo hasta finales del mismo. Y de la nueva Ley de Extranjería, la cuarta en nueve años, ni hablamos. Otro al que hace tiempo que ni está ni se le espera, ¿dónde se ha metido?

Miguel Sebastián, Ministro de Industria, Turismo y Comercio. Bien, la apuesta por el coche eléctrico. Bien por el Plan E para la renovación de vehículos pero mal por lo mismo, por el desbarajuste que hubo al principio, ya que no se vendían coches porque los consumidores esperaban a la fecha de inicio del mismo. Mal, el pequeño caos durante varios meses en la implantación de la TDT y los nuevos decodificadores tras el favor gubernamental a Mediapro. Mal por las subvenciones a la quema de carbón nacional. Mal por la decisión de mantener abierta la central nuclear de Garoña tres años: ni diez como pedían los pronucleares ni cerrarla como solicitaron los antinucleares: indefinición, error por querer dejar a todos contentos. Mal por obstaculizar el desarrollo de las energías renovables. Mal, por no apostar por otro modelo de turismo. Mal por decir que Internet en España es más rápido y más barato que en Europa y quedarse tan ancho -"pionera en banda ancha"-. Él también es parte de culpa en la LES ya que es el encargado de decirle a las 'telecos' lo de que corten las conexiones de Internet llegado el caso. Mal por la Tarifa de Último Recurso en electricidad, mala información, falta de tiempo, falta de ofertas realmente competitivas. Mal por la subida de la luz. Mal por el almacén permanente de residuos nucleares. Y el cachondeo con las bombillas de bajo consumo ha sido antológico. Mal por el anteproyecto de ley por el que se pretende legislar que la vida útil de las centrales nucleares sea de 40 años ampliables.

Elena Espinosa, Ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino. No cerrar el Algarrobico (ver informe "Destrucción a toda costa 2009", de Greenpeace). Fracasar en la Cumbre de Copenhague y echarle la culpa a Bolivia y Venezuela. De ella depende Costas, así que es culpable del desastre montado en Málaga durante todo el año con la amenaza de cierre de los chiringuitos. El fracaso de los sucesivos planes de Costas para los aportes de arena en la costa malagueña. También de la Dirección General de Costas, es la responsabilidad de acometer una de las demandas históricas de la capital, la rehabilitación del enclave de los Baños del Carmen, en Pedregalejo. Aunque cuenta con un proyecto de ejecución, sigue mirando al mar con un deterioro constante de sus instalaciones, sin que en todo 2009 se haya movido un dedo por evitarlo. Tampoco se han iniciado las obras de la futura desaladora de Mijas-Fuengirola, un proyecto de la empresa estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), dependiente de su departamento. Pese a ser la obra clave para garantizar el suministro en las épocas de sequía, a contar con una notable partida presupuestaria (25,9 millones) y al desbloqueo de los terrenos necesarios, sigue en un inexplicable compás de espera y aún no se ha puesto ni un ladrillo. Otro borrón es la apuesta por los transgénicos. Otro, no parar el esquilmado del atún rojo en el Estrecho. Otro, la ruina económica de los agricultores por la diferencia de precio entre el campo y el punto de venta. Zapatero se ha reunido con ellos -otra vez haciendo de apagafuegos- y les ha prometido cosas que, según el PP, son contenido de mociones ya aprobadas en el Congreso con el voto en contra del PSOE. Y encima habrá que ver si las ayudas prometidas no vulneran las restricciones de la UE. Más en el debe de Espinosa, no posicionarse en el tema de la central de Garoña. Falta de transparencia en la Conferencia Mundial de Ministros de Pesca. La inoperancia acerca del puerto de la Granadilla en Tenerife.

Total, suspendidos los cuatro. Muy deficientes tres de ellos, al de Educación aún le concedería un margen de mejora.

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