Mujeres en la UE

Las eurodiputadas quieren más presencia femenina en la composición de la futura Comisión Europea. También se cuestiona por qué no pueden aspirar a los cargos de "presidente permanente" y "ministro de Exteriores" de nueva creación en el ámbito de la Unión. Varias han sido las declaraciones en este sentido y las iniciativas ya están en marcha.

La primera voz que se manifestó fue la de la actual vicepresidenta de la Comisión, Margot Wallström, que se preguntó en su blog, tan lejos como el 31 de agosto, lo siguiente: "No me digas que no hay UNA sola mujer europea a la que merezca nombrarse a la hora de elegir los cuatro puestos principales de la Unión Europea". La señora Wallström procede de Suecia, cuyo Parlamento, relata la información de El Mundo, es el único que, junto a los de Finlandia y Holanda, tiene más de un 40% de diputadas frente a la media europea, que apenas roza el 24%. En dicha información se recaba la opinión de José Ignacio Torreblanca, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations, para quien lo mínimo sería que una mujer ocupara uno de los cuatro puestos de mando de la UE al frente de la Comisión, la Eurocámara, la oficina del Alto Representante o la presidencia del Consejo Europeo. Torreblanca publicaba un texto de opinión en El País este lunes. Habla sobre la elección del Alto Representante que ha de suceder a Javier Solana y de cómo tendrá más poder y atribuciones que éste, pero que su labor será baldía sin la ayuda de los ministros de Exteriores de los países miembros, que deberán entender algo tan simple como la cesión de soberanía para que pueda trabajar. Zapatero admite que Moratinos ha estado en las quinielas pero parecía preferir que siguiera en el Gobierno. Eso fue hasta la rueda de prensa de ayer junto al presidente de Hungría, de visita en España, en la que parecía respaldar esta posible candidatura, que implicaría la salida de Joaquín Almunia como comisario económico.

Volvamos al tema principal de la reclamación de una mayor presencia femenina en los puestos de alta responsabilidad de la Unión. Para el puesto de presidente permanente y el de jefe de la diplomacia parece bastante claro que habrá que elegir a un progresista y a un conservador. El País cuenta que cinco destacadas europeas -tres comisarias, una ministra y una parlamentaria- reclamaron vehementemente en Bruselas que alguno de los cargos recaiga en una mujer -son la mitad de la población y eso debe quedar visible- y cita a Wallström y a su compatriota Cecilia Malmström, ministra sueca de Asuntos Europeos. Se indica que la ex presidenta de Letonia, gran apasionada del idioma español (ver entrevista), se postula para el puesto de presidenta. El otro nombre femenino que circula para ese puesto es el de la irlandesa Mary Robinson. Otra disyuntiva es si se quiere a alguien que destaque o que por el contrario sea un perfil discreto.

En la actual composición de la Comisión Europea hay ocho mujeres -una vez hubo diez- y su presidente reelecto, Durão Barroso, reconoce que no va a ser posible un equilibrio y se lamentaba por ello: "No puede ser que tengamos sólo una o tres mujeres y todavía estoy peleando para tener la nominación de mujeres competentes, porque estoy seguro de que las hay". Admitió que no puede "imponer" a los Gobiernos europeos que presenten candidatas a comisarias ni "rechazar" a un comisario competente sólo por el hecho de ser hombre. Europa sólo tiene una mujer en la jefatura de gobierno, la alemana Angela Merkel. Como el citado Torreblanca decía a El Mundo, "es retrógrado ver fotos como la del último G-20, en las que conté 47 ministros de Finanzas y sólo tres mujeres". La cosa se complica porque ahora un grupo de eurodiputadas amenaza con rechazar la futura composición de la Comisión si no se mantiene al menos el actual número de ocho mujeres, cuando hasta ahora sólo se han anunciado tres candidatas, y anuncian que se concentrarán este miércoles ante la sede del Consejo de la UE. La pelea ha llegado a Internet: una serie de bloggers exige directamente que haya más mujeres comisarias, a través del sitio genderbalancedcommission, que está ganando adeptos en plataformas como Facebook y Twitter. Su filosofía se resume en la frase: "La próxima vez que alguien diga que una Comisión Europea paritaria no es posible, enséñale esta lista". En la web figuran hasta 36 mujeres de los diferentes países de la UE, menos Portugal, al ser portugués el presidente de la Comisión. Por España (sólo) citan a la vicepresidenta De la Vega.

Otro tema es si se busca simplemente una mayor presencia femenina sin reparar en los méritos de las posibles candidatas. Es obvio que en el caso de los nombres citados en esa página sí los reúnen en la mayoría de los casos. Hay dos opiniones aportadas a los comentarios a la iniciativa, que claramente son de españoles y que van en este sentido. Dice quien firma como "Luis" que se necesita una Comisión formada por las personas más competentes, con independencia de su género, y que el equilibrio se logra no haciendo distinciones entre hombres y mujeres. Que no sólo deben estar por ser mujeres, sino por ser aptas para el cargo. En definitiva, que la llamada discriminación positiva es más perjudicial que beneficiosa, porque la gente se puede acabar preguntando si esa mujer está ahí por sus capacidades o por su condición (esta última conclusión es mía). Justo después, quien firma como "Paco" recuerda que en España hay mujeres que son ministras más por ser mujeres -cubrir un cupo- que por sus capacidades, y yo pienso que es verdad (siempre he dicho que prescindiría de Aido, Corredor, Sinde, y ahora quizá Chacón; Garmendia ha demostrado su valía en la empresa privada pero como ministra está ninguneada). "Paco" indica que la única que le parece capacitada es De la Vega, aun estando en desacuerdo con su línea de actuación. Insiste en el mismo argumento dado por "Luis": se necesitan para esos puestos personas preparadas y honestas, sin reparar en su sexo. Por algo será que esa web únicamente cita a De la Vega al llegar a España...

Yo estoy de acuerdo, y lo siento si alguien se molesta. Alguien válido puede quedar fuera por su sexo, y eso también sería discriminatorio. La posibilidad de que un o una inútil sea elegido/a para un puesto en la futura Comisión o en los dos puestos de nueva creación es exactamente la misma (un 50%), pero no me parece bien nombrar a una mujer (ni a un hombre tampoco, ojo) sólo para cubrir un determinado porcentaje presencial. Últimamente he leído acerca del currículum anónimo: es una posible solución. Eso sí, la base de la queja es absolutamente lícita y la comparto: es intolerable que de un número de ocho comisarias se pueda pasar a sólo tres, dos o una.

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