De asesinos y víctimas

Primera cuestión: igual que me indignó que Telecinco entrevistara al asesino de Sandra Palo y que después sus padres se prestasen a contestar en otro programa de la cadena, por coherencia, me causa repulsión que La Razón haya entrevistado a ese criminal este domingo. Noticia principal de su portada, además. El diario El País reflejaba muy bien el desafío lanzado por este individuo en un reportaje aparecido también este domingo. Creo que hasta aquí todo el que me lea podrá estar de acuerdo conmigo. Ahora es cuando me puedo llevar las ostias.

Tres enlaces: vean la contraportada de Público, sección "Visto/dicho/oído", tercer recuadro; ésta página del programa de Telecinco La Noria y esta noticia de El Plural. La expresión "padres espectáculo" y todo lo demás dicho por Maria Antonia Iglesias le cuesta las iras de todos los presentes, incluidos la madre de Sandra Palo (por teléfono) y el padre de la niña Mari Luz Cortés, invitado al programa para debatir sobre la cadena perpetua. Lo que ha conseguido el PP... Bueno, pues pueden empezar a insultarme porque creo que la señora llevaba razón. En el sentido de que estos padres (y los de Marta del Castillo) se han dejado influir o influenciar hasta el punto de convertirse en carne televisiva, de dejarse aprovechar o aprovecharse conscientemente de su reclamo en pantalla, e incluso de querer emplear políticamente o socialmente la mucha y justificada lástima que podamos tener por sus familiares perdidos. Una lástima que no implica carta blanca para todo, como ellos parecen creer. El dolor puede nublar la razón.

Así, comenta Roberto Enríquez en Público:

"Victimas que lo son también de la televisión. Y no lo saben. Mª Antonia Iglesias intentó explicárselo al mostrar su rechazo al uso de los ‘padres espectáculo’ como arietes de una televisión morbosa y demagoga que busca encender debates a través de los instintos más primarios. Lástima que tuviera poco que hacer ante la presencia de Juan José Cortés, a su lado en el plató, y la ira de la madre de Sandra Palo al teléfono".

En concreto, dijo Iglesias: "Padres espectáculo, esta especie de demagogia, que consiste en utilizar los sentimientos de una madre o padre que ha sufrido semejante afrenta. Eso que dice Javier Arenas de que hay que escuchar lo que los ciudadanos piden, es un error. Los políticos tienen que ir por delante de la sociedad, no hacer amarillismo".

Lleva razón. Las palabras de Lola Carretero, presente también en el "debate", ejemplifican un fenómeno, el de aprovecharse de la lástima, que lleva al interlocutor a ablandarse como un toffee puesto al sol, sin reparar en si la otra persona tiene razón en sus planteamientos: "Estar aquí sentada con este señor, con sólo mirarle, se te abre el alma. La admiración que me despierta, que pueda seguir entero me parece imposible casi". Carretero se comporta pues como una fan ante un ídolo, algo imperdonable en un informador, que ha de mantener siempre una prudente distancia. Ésta es la actitud complaciente que no se debe tener, comparable, en otra escala, a ese sentimiento de rendida admiración sin sentido que mostraron el otro día en Hora 25 hacia un ex presidente de EEUU por el mero hecho de serlo.

Y las propias palabras de Juan José Cortés y María del Mar Bermúdez les descalifican. ¿Por qué? Porque demostraron creerse en posesión de la verdad. Creerse autoridades morales. Por encima del bien y del mal. Unos privilegiados a partir de lo que les ha ocurrido. Así, el padre de la niña onubense dijo: "Somos los que más derecho tenemos de hablar en España". Y no. Ni más ni menos derecho que nadie. Se les ha subido la televisión a la cabeza. La madre de Sandra Palo acusó a la periodista de no tener sentimientos, cuando simplemente lo que hace es no ofuscarse y tratar de que los árboles no le impidan ver el bosque. Y también se les ha subido a la cabeza que les recibiera el presidente del Gobierno, un clamoroso error de Zapatero, elevando casos aislados, terribles pero aislados, a la condición de categoría, dando así pábulo a quienes dicen que España es más insegura y en un nido de delincuencia (no por culpa de la inmigración, ya que en todos estos casos los asesinos son españoles). Lo demuestran las siguientes declaraciones del señor Cortés: "No me parece coherente un presidente del Gobierno que me dice que las cárceles están masificadas y que en este país es mas barato sacar a la calle a los delincuentes, que tenerlos en la cárcel". "Cuando yo visité a Zapatero se comprometió a algo que no ha cumplido. Estábamos el Ministro de Justicia, Bermejo, mi padre y mi esposa y Zapatero ordenó expresamente a Bermejo,aquello fue en junio, que en un plazo de tres meses, o sea, en octubre del año pasado, tenían que haberse endurecido las penas y estipular que las condenas se cumplieran íntegramente". Es que no les tenía que haber recibido (ni ellos creerle ni luego desvelar el contenido de la conversación). Así puestos, el presidente tendría que recibir a todas las personas que sufren una muerte violenta en su familia al cabo del año, y ello no es posible; por tanto tampoco debería hacer excepciones. Recibes a uno, y ya todos los demás quieren, a su vez, ser recibidos alegando trato de favor o discriminatorio.

Porque estas personas, a raíz de su tragedia, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se pongan a pedir la cadena perpetua o un endurecimiento de las condenas, no significa ni que lleven razón ni que haya que hacerles caso. Decía Isabel Durán, de Intereconomía: "No son 'padres espectáculo'. La sociedad tiene el deber de escucharles". Ni más ni menos que a quienes pierden a familiares en accidentes de tráfico, en siniestros laborales o a causa de las drogas, el alcohol o el tabaco, todas ellas muertes mucho más numerosas y perfectamente evitables, pero que casi nunca gozan de semejante cobertura mediática, porque son muertes que se tienen como "normales" o "asumidas", no nos llaman la atención, y no debiera ser así. Y dice, además, Juan José Cortés, que por cierto ya ha oído los cantos de sirena de la política: "Para ser demócrata hay que demostrarlo. Yo soy un demócrata, lo he demostrado". No. Si eres demócrata, no tienes que alardear de ello. Y menos decir que tienes "más derecho" a hablar que nadie. Por el mismo motivo, yo tampoco tengo ni más ni menos razón que nadie cuando me expreso sobre un tema. Ojo con los que se llenan la boca con las palabras "libertad" o "democracia", entre otras. Si vamos a emplear hechos y palabras de este calibre, no es conveniente abrir ningún debate sobre la materia. Esto es lo que ha conseguido el PP provocando su interesado incendio. Y era evidente que Telecinco iba a intentar apagar el fuego con gasolina. Como dice Roberto Enríquez, los Cortés, Bermúdez o Del Castillo son víctimas. Catódicas. Si no lo saben, que alguien se lo diga. Y si lo saben, y aún así consienten en esa utilización interesada de su dolor, les compadezco. Y si se meten en política, que no se quejen si les critican por utilizar su situación. Es parte del precio a pagar.

¿Problema de un tertuliano de radio o televisión? Que se les llame para opinar de cualquier cosa, sepan o no. Así, el forense José Cabrera, espécimen habitual de otros espacios como Las Mañanas de Cuatro o Cuarto Milenio, se volvió a lucir: "He visto 500 casos de homicidas, les he mirado a la cara. La mayor parte de ellos sale a la calle y no vuelven a matar. Pero hay un porcentaje mínimo que son terribles. Y para ellos tiene que existir la cadena perpetua o la muerte, no hay más, porque son personajes terribles". Bravo. O sea... Un cubo, por favor. Aparte de que, como contestaba Enric Sopena, la pena de muerte no es la solución, si atendemos a los datos de que donde ésta existe hay más crímenes violentos que donde no. Como en EEUU. Eso, y que el PP, el que ahora abandera ese endurecimiento, no hizo nada cuando estaba en el gobierno, como tampoco cambió la ley reguladora del aborto, pongamos por caso. No se puede predicar ni legislar a golpe de titular de televisión.

Dicho todo lo cual, aviso de que se eliminarán todos los comentarios insultantes y ofensivos. Y quizá diga alguno: "¡vaya demócrata que censura comentarios!" Bueno, pues les recuerdo que la Constitución dice, en su artículo 18.1, lo siguiente: "Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen". En este caso se aplicará tal precepto a la salvaguarda del honor y la propia imagen de quien escribe este blog, puesto que si dejara publicado un comentario vejatorio tal cual, tendría que pedir que lo rastrearan para identificar al autor y proceder judicialmente contra él, para lo cual no tengo ni tiempo, ni dinero, ni ganas. De ahí la advertencia.

Comentarios

John Constantine ha dicho que…
Pues aunque no comparto en absoluto tu opinión, tampoco nos vamos a liar a ostias :-) Y entiendo perfectamente que pienses así, incluso en teoría estoy de acuerdo contigo...

Pero en la práctica no. Digamos que en este aspecto soy de la misma opinión que expresó Albert Camus: "Si tengo que elgir entre la justicia y mi madre, elijo a mi madre".

Cuando en un sistema se ponen tantos recursos a favor del culpable, y no de la familia de la víctima, como en el caso de Sandra Palo, y más con el comportamiento que este ha tenido a posteriori, algo falla. Y mucho. Y como ese chaval vuelva a cometer un delito de sangre , díle tu a la familia de su víctima lo de los derechos procesales y todo eso. Ellos lo que van a entender es que a ese tio le han dado derecho porque sí a matar a otra persona.

Ya llendo a un terreno más etéreo, los gobernantes no sólo tienen que defender los derechos de los reos, que los tienen. Tiene también la obligación de mantener la seguridad de aquellos que encima nos molestamos en no infringir la ley una vez sí y otra también. Y aquí es cuando podemos debatir durante horas cual de esos dos derechos debería tener más importancia a la hora de legislar y gobernar.


Y a lo mejor resulta que los padres tienen que resignarse a convertirse en "carnaza mediática" porque ellos no tienen ninguna posibilidad de que se oiga su voz.

Yo no soy partidario de la cadena perpetua sin más, sino sólo en casos muy concretos y después de toda una serie de estudios y garantías procesales. Es que plantear el debate , sin más, como cadena perpetua sí o cadena perpetua no me parece una simplificación asquerosa.
John Constantine ha dicho que…
De todos modos, y en cuanto a los comentarios :-), alucino un tanto cuando todos los días entro en tu blog y miro el nº de los mismos... Me da que eso de ser de izquierdas, votante del PSOE y mantener una actitud crítica con el mismo sin hacer apología del PP nos convierte en apestados de unos y de otros. Ya sabes, el "Si no estás conmigo estás contra mí"...
Jorge Sánchez ha dicho que…
Como no he visto que tengas entradas recientes o una dirección de contacto, escribo aquí mismo esperando que lo leas. En efecto, plantear el debate sin más como cadena perpetua sí o no, es simplificar. Pero como nuestros políticos son muy de simplificar, no es momento de abrir ese debate. Además habría que modificar la Constitución, y si PSOE y PP no se ponen de acuerdo para la inclusión de las CCAA o la sucesión de la corona, menos para esto.

Respecto al segundo comentario, lo cierto es que no suelo recibir demasiados ídem. Y sí, critico al PSOE pero no hago apología del PP. Porque, y esto ya lo he explicado varias veces, he sido votante tradicional del PSOE y lo critico porque me ha decepcionado. Así que cuando toca hablar del PP digo si me parece bien o mal lo que han hecho. Por ejemplo, tengo pendientes un par de posts sobre El Cabanyal y sobre el ATC, pero como he escrito varias actualizaciones seguidas esto lo voy a dejar reposar. Nota: a mí tampoco me gusta cómo entrevista Ana Pastor.

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