Cada vez menos "Prisa"

Historia personal de mi relación con el Grupo Prisa. Fuimos abonados de Canal + hasta unos meses antes de la creación de Cuatro, que recuerde, y quizá recuerde mal, nos daríamos de baja antes, lo más seguro. Y fui abonado de El País entre 2007 y 2008, a cambio me regalaron una minicadena y me salieron más baratas un par de colecciones, una de música clásica y una de libros de Historia de España. Hace tiempo que El País ya no saca ningún coleccionable interesante. De radio, un tiempo escuché Antena 3, me debí de cambiar a la Ser allá por el 94 o el 95, primero escuchando sólo El Larguero porque me harté de José María García, creo, y luego los demás programas de la emisora, como La Ventana con Javier Sardá y el señor Casamajó. Ya sólo compramos El País los sábados, para El Viajero y Babelia.

Antes también solía comprarlo los domingos por El País Semanal, pero como he leído por ahí, ya tiene demasiada publicidad, y encima de productos elitistas que no voy a comprar. Es decir, "paso" de la campaña de promoción con motivo de los veinte años de la revista. Yo "leía" El País Semanal. Sólo se salvan los artículos de Elvira Lindo y Enric González en el suplemento Domingo y los de Javier Marías en la revista, y de momento los puedo leer en Internet. Lo mismo de los columnistas, la susodicha Elvira, Rosa Montero o Juan José Millás. Por supuesto que El País sigue publicando muchos temas interesantes, pero no vale la pena tanto como para comprarlo. Y por supuesto me enfadé cuando quitaron el Pequeño País. Habrá que pensarlo si lo ponen de pago, claro, pero no pueden ponerlo tan caro como cuando me aboné. Cierto que el abono incluía acceso a la versión web, pero si sólo coges esa parte, el precio debería ser justo, o sea, más barato que el 1,20 € que cuesta la versión impresa, digo yo, que por Internet no me pueden añadir el coste de la tinta, el papel o la distribución, que suelen ser las excusas para subir el precio del periódico.

Por supuesto existen esas razones adicionales por el tratamiento de la información nacional, internacional, tecnológica y cultural. Que usen las páginas del periódico para promocionar los productos de las otras empresas del grupo (Cuatro, Ser, Santillana, Alfaguara...) es accesorio, lo hacen todos. Incluso les puedo perdonar el giro editorial a partir de la aprobación de la TDT de pago en agosto, que les perjudicaba. Un declive se nota de forma leve pero continuada e inexorable a lo largo de varios años. He leído de gente que lo ha dejado de leer por el agresivo y tendencioso tono empleado en las informaciones relacionadas con algunos países iberoamericanos, como Cuba -atacando la memoria del Ché-, Bolivia y Venezuela. En mi caso me fastidiaron mucho algunos de los primeros artículos sobre el nombramiento de Ángeles González-Sinde como ministra de Cultura, y, sobre todo, la serie de artículos que viene publicando desde hace unos meses sobre propiedad intelectual, cine, piratería informática y páginas de enlaces a redes P2P de intercambio de archivos, tergiversando la realidad de las cosas y posicionándose de forma descarada del lado de la industria.

La censura de un artículo de Enric González porque "parece" que se refería a su propia empresa no mereció ningún comentario o apreciación por parte de la Defensora del Lector de El País a pesar de la polémica suscitada. Tampoco el tema de la propiedad intelectual y las descargas, pese a la polvareda originada por algunos artículos sobre el llamado "caso Soto". En cambio dedicó dos artículos seguidos a intentar justificar la repentina andanada del periódico contra Zapatero, explicaciones que por cierto no me convencieron. El enfado de los lectores por la desaparición del Pequeño País fue tal que tuvo que dedicarle un texto, seguro que no esperaban semejante reacción en contra.

De Cuatro no voy a decir gran cosa, tiene algunos programas buenos y otros malos, lo mejor son las series estadounidenses como House. Pero si se concreta su compra por parte de Mediaset, es decir Telecinco, su programación empeorará, por mucho que se pueda anunciar que las líneas editoriales de las dos cadenas vayan a seguir siendo diferentes. Y desde luego, si se formaliza tal adquisición, dudo mucho de que El País, la Ser y mucho menos Cuatro, vayan a seguir criticando a Berlusconi como hasta ahora. Por lo menos dejaremos de sufrir a Paolo Vasile, que, dicen, se le buscaría acomodo en Milán.

La Cadena Ser también ha variado algo su línea editorial en consonancia con la práctica llevada a cabo por El País, pero eso no es lo que me molesta de la cadena de emisoras. No sé si ya tenían pensado quitar a Iñaki Gabilondo, pero con la aparición de Cuatro encontraron una buena justificación para hacerlo. Los comentarios editoriales de Gabilondo eran mejores que los de Carles Francino. Desde que el periodista donostiarra se fue a su aventura televisiva, la franja del Hoy por Hoy que arranca a las diez de la mañana ha adquirido más ritmo, pero creo que se ha vuelto más frívola. En cuanto a Hora 25, no me parece bien que arranque a las ocho, la hora de las nueve a las diez, donde creo que hay reportajes en profundidad, no la suelo escuchar. Y si ha habido cambio editorial, se ha notado en los integrantes de la tertulia, que no escatimaron críticas al Gobierno y defensa del giro de El País en los días más álgidos, en esos dos días con un editorial demoledor en dos partes, aquellas declaraciones del consejero delegado Juan Luis Cebrián o aquel demoledor suplemento económico que mostraba una caricatura de Zapatero como capitán de una España a la deriva.



Si antes he dicho que prefería a Gabilondo antes que a Francino, ahora diré que tampoco me agrada el tono que Àngels Barceló le da a Hora 25. Tanto el magazine matinal como el nocturno están mejor, para mi gusto, cuando los comandan los teóricos suplentes, Pedro Blanco y Javier Casal. También ha sido una pérdida de talento para ambos espacios que Miguel Ángel Oliver y Javier Ruiz se fueran a Cuatro. Oliver realizaba con acierto algunas suplencias en Hoy por Hoy mientras que Javier Ruiz hablaba con tanta claridad de economía en Hora 25 de los Negocios que hasta un negado de los números como yo entendía lo que estaba contando, y es un activo que le hubiera venido de perlas a la Ser para explicar todos los avatares de la crisis económica.

Pero lo peor es lo de José Ramón de la Morena con El Larguero. Sus accesos de risa son desagradables, Manuel Esteban "Manolete" tendría que estar ya retirado, cuando se pone a hablar de política -demasiado últimamente- o de derechos televisivos queriendo aparentar ser el bueno de la película es para matarlo, trata como inferiores, como tontos o como basura a algunos de sus redactores en antena, cuando le sacan del fútbol no da pie con bola, se cree el rey del mambo y se pasa tres pueblos entrevistando siempre que puede a aquellos deportistas que le caen bien, sobre todo Eto'o -ahora menos, claro- e Iniesta, y le da demasiado espacio a su equipo, el Atlético de Madrid, abriendo muchas veces el programa, sin motivo justificado, sin entender que en los últimos años hay otros equipos que han hecho más méritos deportivos que los colchoneros. Y luego va y presume de "cateto" por ser de Brunete. No es ni malo ni bueno ser "de pueblo", sino si te aprovechas de esa etiqueta para hacerte el tonto o el sordo o justificar lo que haces o dices, y él hace eso. Menos mal que hace tiempo que ha abandonado la costumbre, que heredó de García, de meterse con los programas de otras emisoras. Ya sólo escucho el programa en verano o los viernes y sábados, cuando no está él presentando.

El A vivir que son dos días, con Montserrat Domínguez, también está peor, y de La Ventana no opino porque Gemma Nierga está de baja por maternidad. Los mejores programas son para mi gusto los que tienen peor horario, sin contar Carrusel Deportivo, que son, a saber: Si amanece nos vamos, Ser Aventureros, Ser Consumidor, Punto de Fuga, Milenio 3, y el nuevo Ser Historia con Nacho Ares. Cual Guadiana a veces vuelve Ser Curiosos, creo que la última vez que no hubo Carrusel lo pusieron. Ah, me encanta el Carrusel, pero no comparto las razones, sin duda comerciales, que les impulsan a ponerlo cuando hay insilsos partidos amistosos de la Selección de fútbol. Entiendo variar la programación para un partido oficial, pero para un amistoso con Venezuela o Dinamarca... Y encima en días en que, en algunos casos, había noticias importantes que debieron ser tratadas en Hora 25 de haberse emitido.

Por último, fue monumental mi disgusto, allá por abril, cuando eliminaron de la parrilla el programa de cine Lo que yo te diga. La cobertura previa, in situ y posterior de la gala de los Oscar ® en abril fue lo último que les dejaron hacer. Por suerte los hacedores del programa han mantenido la página web. En definitiva, los medios del Grupo Prisa, por unas razones o por otras, y por todas en conjunto, cada vez son menos de mi agrado. Y he conseguido escribir este post sin incluir ni un solo enlace a página web o hipertexto, algo que para mí no ha sido fácil.

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