Mira quién sigue escribiendo en El País

El diario El País lleva desde el domingo tratando de justificar por qué ha llegado al acuerdo de ser uno de los medios que publique para España las nuevas revelaciones de Wikileaks. Yo creo que en realidad todo esto es más sencillo: las veces anteriores el tema les pilló a contrapelo, vieron que en el fondo publicar estas cosas podía ser interesante y/o rentable y decidieron que se apuntaban a la siguiente. Su director lo ha defendido con un vídeo y con un encuentro digital con los lectores, hoy se le dedica a la cuestión el editorial del periódico, otros redactores han hecho más vídeos y también lo han argumentado a través de Twitter y algunos blogs y quizá el texto más acertado haya sido el de Soledad Gallego Díaz. Pero lo que no me esperaba encontrar era un texto de una señora llamada Gabriela Cañas defendiendo lo realizado.

Veamos lo que dice:

"contar la verdad y ejercer el periodismo independiente son actividades de alto riesgo"; "Corren malos tiempos para la información veraz y contrastada". Todo su artículo está muy bien, pero estos dos fragmentos chirrían, porque es ella misma la que, al menos en una ocasión que sepamos, no ha contado la verdad, sino que se ha dedicado a manipular.

Fue con motivo del reportaje "¿Se acaba el chollo de las descargas gratis?", firmado el 17 de abril de 2009. Lo analizó a conciencia Enrique Dans en su blog, y llegó a la conclusión, con la que coincidí a la vista de los datos, de que se trataba de un texto "torpe, mal documentado, con un lenguaje inadecuado, espantosamente tendencioso desde su primer párrafo hasta el último", aparte de ser, como también dice, un indisimulado "publirreportaje" a favor de la arcaica industria de contenidos.

¿Manipuló de forma consciente o se trató del caso de una periodista generalista que patinó de forma considerable a la hora de encarar un tema especializado que no dominaba? En todo caso, con semejante precedente, la persona más adecuada para defender la veracidad de las informaciones, Gabriela Cañas no parece. Además, tiene Twitter. En esta red social, los perfiles que has agregado para seguir aparecen del más reciente al más antiguo. ¿Saben cuál el perfil de Twitter más reciente que sigue la señora Cañas? El de Wikileaks. Oh casualidad.

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