Nueva sangría
El cuarto día de campaña electoral en Irak se ha teñido una vez más de sangre. La insurgencia iraquí, empeñada en reventar el proceso electoral recién iniciado en Irak, ha puesto este domingo su objetivo en la mayoría chií del país. Y desde EE UU insisten en que la fecha de los comicios se mantendrá en el 30 de enero, pese a que cada vez son menores las garantías de que el proceso se pueda desarrollar con un mínimo de seguridad.
La sangría empezó por la mañana. Un grupo de 30 pistoleros asesinó a tiros en el centro de Bagdad a tres trabajadores de la comisión electoral independiente que organizará las próximas elecciones en Irak. Pero lo peor vino por la tarde en las dos ciudades más sagradas para el chiísmo, Nayaf y Kerbala, al sur del país. Dos atentados suicidas con coches bomba que causaron más de 60 muertos y sobrepasaron el centenar de heridos. Los dos atentados se produjeron junto a concurridas estaciones de autobuses, cerca de los dos lugares más venerados por los chiíes de todo el mundo: los santuarios del imán Alí, en Nayaf, y del imán Husein, en Kerbala. En Nayaf, junto a la mezquita de Alí, han muerto 48 personas, y en Kerbala, 14.
El Gobierno de EE UU restó importancia a los atentados y los calificó de “modesta campaña de intimidación”. Pues si eso es una campaña modesta...
La sangría empezó por la mañana. Un grupo de 30 pistoleros asesinó a tiros en el centro de Bagdad a tres trabajadores de la comisión electoral independiente que organizará las próximas elecciones en Irak. Pero lo peor vino por la tarde en las dos ciudades más sagradas para el chiísmo, Nayaf y Kerbala, al sur del país. Dos atentados suicidas con coches bomba que causaron más de 60 muertos y sobrepasaron el centenar de heridos. Los dos atentados se produjeron junto a concurridas estaciones de autobuses, cerca de los dos lugares más venerados por los chiíes de todo el mundo: los santuarios del imán Alí, en Nayaf, y del imán Husein, en Kerbala. En Nayaf, junto a la mezquita de Alí, han muerto 48 personas, y en Kerbala, 14.
El Gobierno de EE UU restó importancia a los atentados y los calificó de “modesta campaña de intimidación”. Pues si eso es una campaña modesta...
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