Assassini
EEUU ametralla al convoy que acababa de rescatar a la periodista italiana Giuliana Sgrena
Camino del aeropuerto de Bagdad. La periodista italiana de Il Manifesto Giuliana Sgrena acaba de ser liberada de su secuestro y la llevan fuera de Irak. Ya han pasado varios controles y van a unos escasos cuarenta kilómetros por hora. Un blindado estadounidense, sin motivo alguno, descarga cerca de 300 disparos contra el vehículo, falleciendo el agente secreto italiano Nicola Calipari y resultando Sgrena herida en el hombro. La versión estadounudense es bien distinta: La versión oficial del Ejército estadounidense afirma que los soldados abrieron fuego contra el vehículo porque iba a gran velocidad y su conductor no se detuvo pese a que le hicieron gestos y realizaron disparos al aire. La versión del marido de Sgrena y de Il Manifesto: no es un accidente sino una emboscada contra la periodista por su declarada posición en contra de la guerra de Irak y por trabajar para un medio de corriente comunista. En contra de lo ocurrido cuando el ejército estadounidense asesinó al periodista español José Couso, en que hubo que exigir al entonces presidente Aznar que le pidiera una investigación a Washington, esta vez el primer ministro italiano Berlusconi se ha comportado como un mandatario con orgullo: ha pedido explicaciones de inmediato al embajador y a Bush. Pero será difícil sacar algo en claro: la investigación del caso Couso acabó en saco roto.
Camino del aeropuerto de Bagdad. La periodista italiana de Il Manifesto Giuliana Sgrena acaba de ser liberada de su secuestro y la llevan fuera de Irak. Ya han pasado varios controles y van a unos escasos cuarenta kilómetros por hora. Un blindado estadounidense, sin motivo alguno, descarga cerca de 300 disparos contra el vehículo, falleciendo el agente secreto italiano Nicola Calipari y resultando Sgrena herida en el hombro. La versión estadounudense es bien distinta: La versión oficial del Ejército estadounidense afirma que los soldados abrieron fuego contra el vehículo porque iba a gran velocidad y su conductor no se detuvo pese a que le hicieron gestos y realizaron disparos al aire. La versión del marido de Sgrena y de Il Manifesto: no es un accidente sino una emboscada contra la periodista por su declarada posición en contra de la guerra de Irak y por trabajar para un medio de corriente comunista. En contra de lo ocurrido cuando el ejército estadounidense asesinó al periodista español José Couso, en que hubo que exigir al entonces presidente Aznar que le pidiera una investigación a Washington, esta vez el primer ministro italiano Berlusconi se ha comportado como un mandatario con orgullo: ha pedido explicaciones de inmediato al embajador y a Bush. Pero será difícil sacar algo en claro: la investigación del caso Couso acabó en saco roto.
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