El País

Quien más, quien menos, estudiando la carrera de Periodismo, ha pensado alguna vez en trabajar en El País. Eso fue antes de la muerte de Jesús de Polanco. Desde entonces, con Juan Luis Cebrián acumulando cada vez más cuota de poder, una serie de erróneas y erráticas decisiones empresariales, como inversiones en América para darle al grupo Prisa una dimensión más internacional, han ido laminando al periódico. Esto decía de Cebrián, hace poco, la escritora y columnista Maruja Torres: "Perdió 5.000 millones de euros jugando al capitalismo de casino, comprando radios en Miami y teles latinoamericanas que no valían nada".  Habiendo afrontado una reducción de plantilla hace no tanto, ahora se anuncia otro ERE que pretende poner en la calle a 149 profesionales. A la par se han ido tomando otras decisiones como la reducción del espacio que se dedica a algunos cuadernillos regionales, lo que implica una merma en la calidad del producto que se ofrece a los lectores. Dos firmas históricas de El País, hace unos días Enric González, y ayer mismo Santos Juliá (ver última frase de su presentación), han anunciado su marcha voluntaria del periódico, el último tras serle censurada una columna en donde justamente se hacía eco de la marcha de González. Se han encontrado con que El País ya no es el espacio de libertad en el que les gustaba trabajar. El nuevo episodio es una huelga de los trabajadores del medio durante tres días: hoy, mañana y pasado, después de una fallida reunión de tres horas con la empresa. Asistimos al hundimiento, provocado por los mismos que llevan el timón, de una de las instituciones periodísticas más carismáticas de la España contemporánea.

Para más información pueden visitar el blog del Comité de Empresa de El País.

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