Café para todos

Lo que ha propuesto Esperanza Aguirre en su reunión con Mariano Rajoy (devolución de algunas competencias de las autonomías) no es nuevo. Está en el programa electoral de UPyD. Punto 2.1 y punto 3.1, por ejemplo. Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya, ha respondido al desafío durante la sesión de control celebrada en el Parlament. No se ha andado por las ramas esta vez. Considera que las competencias de las "comunidades históricas" (ha citado a Cataluña y al País Vasco) deben quedar al margen, que si otros se han hartado del llamado "café para todos" deberán ponerse de acuerdo para arreglarlo y ha dicho que existen, a su juicio, comunidades "artificiales". ¿Se creó el "café para todos" con la intención de diluir las aspiraciones de catalanes y vascos? Pero, ante todo, ¿qué es?

Resulta que es una fórmula acuñada, y aún hoy defendida, por el entonces ministro de UCD Manuel Clavero Arévalo: "A pesar de unos excesos, no me arrepiento del café para todos", en tres entrevistas recientes. Una, concedida al semanario El Temps y reproducida por Europa Press, y de la que se hizo eco 20 Minutos. Otra, a los diarios locales del Grupo Joly. Y la tercera, al medio El Confidencial. Afirma que "no es deseable ni posible desmontar el estado de las autonomías". Su postura favorable al acceso de Andalucía a la autonomía a través de la fórmula del artículo 151 de la Constitución, contraria a la de su partido, le costó finalmente su salida de UCD.

Para saber más del tema, resulta muy útil un reportaje emitido en el programa de la televisión autonómica catalana, "Historia del café (para todos)", del que adjunto aquí el enlace de su versión en español (ventana a un tamaño de 320x180). Si lo quieren ver a más tamaño, he aquí el enlace.



Yo admito mi ignorancia sobre este tema. ¿Deben las autonomías devolver competencias? ¿En educación, en sanidad, en justicia? ¿En otras áreas? Bueno, pues en este caso, con lo poco que sé, estoy de acuerdo con lo que ha dicho Artur Mas. La autonomía, cuando se planteó durante la Transición (que cada vez se demuestra más fallida), debió ser solo para Cataluña, País Vasco y Galicia. Y después, como mucho, Navarra, por sus fueros y por su pasado como reino propio. De las demás, en efecto, algunas ni lo pidieron y tuvieron que inventar cosas sobre la marcha. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, su himno, cuya historia es muy curiosa.

Y quede una cosa clara: algo como lo propuesto por Aguirre requiere reformar el Título VIII de la Constitución, reformar todos los Estatutos de Autonomía y votaciones por mayorías en todos los parlamentos autonómicos. Algo prácticamente imposible. Es decir, lo de la presidenta madrileña es demagogia, lo que se dice un brindis al sol.

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