Barcelona

Con la inestimable ayuda de Videos from Barcelona, he estado la semana pasada en Barcelona. He visitado varios de los sitios allí reseñados. La Ciudad Condal tiene bastantes lugares escondidos. La primera recomendación, aunque no me ha pasado nada, es vigilar muy bien tus pertenencias y llevarlas por delante. La segunda es que si vas a usar el bus turístico te lo cojas para dos días. En el hotel me dieron un pack para utilizarlo que incluía un descuento y un talonario de cupones con descuentos para museos o sitios de compras. Aunque hay tres rutas y si te dedicas a ello desde por la mañana es plausible completarlas. Hay uno nocturno, para ver iluminadas localizaciones como la Fuente Mágica de Montjuïc, aunque no lo utilicé. Me alojé en el hotel Curious, en la calle del Carme, objeto de un vídeo en la página reseñada al principio.

Hay varios sitios muy famosos que sólo vi por fuera y que tendría que visitar más adelante, como las casas Batlló y Milà (La Pedrera) de Gaudí. En esta última había una enorme cola para entrar. Lo mismo se puede decir de la Sagrada Familia. Otros lugares pendientes son el Tibidabo, el Museo de Historia de Cataluña, el Parc Güell, el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau, el Archivo Histórico o el Museo Marítimo o el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Un sitio que me pareció poco conocido y que también me quedó por visitar es el Reial Cercle Artistic, que está en el Palacio Pignatelli, cerca de la catedral y justo al final del Portal del Ángel si vienes desde Plaça Catalunya. Cerrado por vacaciones, igual que el Teatre del Liceu. También me quedó pendiente el Espai Santa Caterina, con restos arqueológicos, en el mercado del mismo nombre.

Sitios que sí he visitado: el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona), el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), el Archivo de la Corona de Aragón (que está escondido dentro de la Plaça del Rei, en el Palau de Lloctinent), el Museu Picasso, el Museu Barbier-Mueller de Arte Precolombino, el MUHBA (Museo de Historia de la Ciudad), el Palau de la Virreina (exposición sobre fotoperiodismo), el Museu de la Xocolata y otro lugar que me sorprendió que no tuviera más visitantes, está al lado de la catedral; el Museo Diocesano (enlace 1, enlace 2) en la Pia Almoina. Aparte de una excelente muestra de arte religioso, se encuentra en su interior parte de una de las antiguas torres de la ciudad. Acoge una muestra sobre la recuperación de cómo habría quedado la primera gran obra de Gaudí, la iglesia que quedó sin hacer en la Colonia Güell y de la que sólo se hizo una parte. Esta iglesia claramente era un ensayo de lo que Gaudí acabaría aplicando en la Sagrada Familia, sobre todo en lo que se refiere a los arcos invertidos. También tiene una muestra sobre Gustave Courbet. Ojo: aquí hay pocas indicaciones en español, sobre todo en las cartelas de las obras religiosas, aunque se entiende todo perfectamente. Quizá pondrían más si tuviera más visitantes o se solicitara a la institución de la que depende, que es el Arzobispado. Luego, hay sitios donde las indicaciones están sólo en español y catalán, como algunas partes del CCCB (la muestra sobre laberintos), que recuerde.

Otra muestra importante, ésta en el MUHBA, cuenta las vicisitudes de la ciudad de Barcelona para dejar atrás la ciudad medieval, tirar las murallas y poder llevar a cabo lo que se convirtió en el Ensanche (Eixample) y el Parc de la Ciutadella, peleando con los demás estamentos como el Gobierno central, teniendo como protagonistas a Ildefons Cerdà y al alcalde Rius y Taulet. Otros espacios del MUHBA son las columnas del templo de Augusto (pendiente de ver), el centro de interpretación del Call (barrio judío, lo mismo), o la vía sepulcral romana visible en la Plaza de la Villa de Madrid, con la necrópolis (que sí he podido ver). Los romanos tenían sus tumbas a los lados de las vías, fuera de la ciudad. Pero sobre todo lo que debe ser visitado en la sede central del MUHBA, en la Plaça del Rei, no está a simple vista, sino en el subsuelo: son las ruinas de la antigua Barcino, la ciudad romana que se presume el origen de la ciudad. También se pueden vislumbrar algunas de las edificaciones medievales edificadas encima, como un sitio episcopal. Un poco liosa la numeración de la audioguía, eso sí.

El edificio del MUHBA incluye los edificios del Palau Reial Major, en la capilla de Santa Agata, o el Salón del Tinell, residencias históricas de la Corona de Aragón y de los Condes de Barcelona. El CCCB acogía una muestra sobre laberintos y otra con una comparativa sobre las evoluciones urbanísticas de Barcelona, Valencia y Palma, destacando un apartado sobre obras fallidas, como un rascacielos que unos estadounidenses planeaban para Plaça Catalunya. Ojo con el tiempo disponible: el CCCB y el MACBA me llevaron un día entero. El Picasso también se lleva su tiempo, ahora acoge una exposición temporal sobre la influencia de Santiago Rusiñol sobre el autor malagueño. El conjunto monumental de la Plaça del Rei, lo mismo. De ninguno de los lugares reseñados se pueden sacar fotografías del interior ni de los espacios expositivos, pero no importa, la verdad. Los lugares destacados de herencia romana y judía, como las torres y las murallas, y hasta un acueducto al lado de la catedral, están señalados por parte del MUHBA con paneles descriptivos e indicativos instalados a pie de calle.

Para comer, las Ramblas y las calles centrales, no. Son locales más caros. Por destacar tres sitios, La Gardunya, en la calle Jerusalem, en una esquina junto al Mercado de la Boquería; El Jardí, dentro del Antic Hospital de Santa Creu, y el Cafè d'Estiu, en plaza Sant Iu, al que se puede entrar por el Museu Frederic Marès. Otros retos remarcables, si uno tiene tiempo, es hacerse entero a pie el eje que forman las calles Ferran, Jaume I y Princesa, o el Parc de la Ciutadella. Dentro están el Umbracle y el Hivernacle, el Parlamento de Cataluña, los Museos de Zoología y Geología (cerrados por obras hasta 2011, pero muy fotogénico el primero, que recibe el nombre de Castillo de los Tres Dragones, obra de Domenech i Montaner), y la impresionante cascada monumental. Muchas iglesias remarcables: la de Sant Jaume, la de Santa Anna, la de Betlem, la de Santa María del Pi, la de Sant Felipe Neri, la de Santa María del Mar, la basílica de los mártires Sant Just y Sant Pastor... Hay que estar muy atento, te puedes encontrar un edificio emblemático sin proponértelo, como el que alberga la Diputación de Barcelona, que resulta ser la Casa Serra, de Puig i Cadafalch; la Casa Sayrach de la Diagonal, la Casa Bruno Quadros, en la parte más conocida de Las Ramblas, obra de Josep Vilaseca, reconocible por los paraguas y el dragón de la fachada, o los de Enric Sagnier, como el Palacio de Justicia (en obras y tapado por lonas), el Templo del Sagrado Corazón en el Tibidabo, la que fuera sede de La Caixa en Via Laietana o un edificio anexo para la misma entidad, uno grisaceo y otro blanco. Como se ve, el Modernismo en Barcelona incluyó a muchos arquitectos, más allá de los tres más conocidos, como podrían ser Gaudí, Domenech i Montaner o Puig i Cadafalch. Para ello consultar la web específica sobre la Ruta del Modernismo.

En la zona del puerto vi la estatua a Colón, y siguiendo el paseo del mismo nombre, la Aduana (Enric Sagnier, 1902), la escultura "Cap de Barcelona" de Roy Lichtenstein, la "Gamba" de Javier Mariscal o la reproducción del submarino "Ictíneo II" de Narcis Monturiol. Me molestó que la persona que atendía un quiosco de información turística junto a la Aduana no supiera dónde estaba esto último. Suerte de la guía que me llevé, donde sí lo indicaba. También la Torre de las Aigües, junto al Hospital del Mar, o la Torre de Jaume I donde se cruzan las cabinas del transbordador aéreo. Los autobuses turísticos me permitieron ver el estadio olímpico, el dragón de la puerta de los Pabellones Güell, el exterior del monasterio de Pedralbes, Plaça d'Espanya, el Caixaforum, la entrada del Pueblo Español, el exterior de la Fundación Joan Miró, algunos edificios del Fòrum y otras construcciones emblemáticas.

También hay que fijarse en los espacios verdes. Vienen destacados con letreros de color verde. En el caso de, por ejemplo, el Parc de la Ciutadella o de los jardines de Rubió y Lluc en el Antic Hospital de la Santa Creu, con mapas detallando todos los elementos de los mismos. Y hay que estar atento, una vez más, para no dejar escapar nada. Como, en la Carrer de la Boquería, el hotel Petit Palace Opera Garden, que a la derecha de la puerta tiene uno de estos carteles verdes, difícil de ver, que indica que en su interior alberga un jardín de estilo romántico datado en 1861, el Jardí de la Casa Ignacio de Puig.

Ah, problemas con el catalán, cero. Si se dirigían a mí en catalán en seguida cambiaban al ver que yo respondía en español (no me gusta llamarlo castellano), aunque tampoco hubiera pasado nada porque entiendo algo el catalán, pero por lo que sea no respondí en catalán ninguna vez, supongo que no me atreví. Si hablé algo con una amiga a la que vi allí, aprovechando que iba. Tampoco tuve problema con las rotulaciones de las calles ni en el metro, el Cercanías (Rodalies) o los Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), que tuve que usar un día. Ojo con los transportes: si te pasas de zona tienes que pagar un recargo y comprar un billete sólo para salir de la estación. Así que a consultar primero (TMB, FGC, Rodalies). Por lo demás, allí ni se comen a nadie, ni llevan cuernos, ni rabo, ni tridente. Pero vaya, que si uno no quiere tener que leer rótulos en un idioma diferente al español (castellano), simplemente que no vaya. Total, para ir a un sitio y estar a disgusto, verdad...

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