Diez leyes de la historia de España

"Diez leyes de la historia de España (...) El que estas diez leyes se cumplan en la historia de España no significa que sean peculiares de ella y que no se den también en otros órdenes y áreas de la vida. He aquí, pues, estas constantes de nuestro vivir:

Ley primera.- El abstenerse de hacer algo equivale a hacer otra cosa. Buen número de españoles, incluso gobernantes, han entendido que la abstención de actuar ante un tema significaba una cauta omisión, algo así como una página en blanco, un prudente silencio. En realidad, tales inhibiciones han constituido sendas acciones que operaban en otro sentido y con otro resultado concreto y tangible (Véanse los libros de Garrett Hardin). Nuestro presente es fruto de miles de abstenciones del pasado.

Ley segunda.- En la vida histórica no se da nada de balde, ni hay nada que salga gratis. Siempre hay alguien (presente o futuro) que paga la fiesta y siempre se da ésta por algo y para algo. Esta ley de la economía queda mejor ilustrada por las vidas que por los escritos de los economistas antiguos y actuales.

Ley tercera.- Ninguna guerra la gana nadie a largo plazo. Si alguien quiere guerra, acabará habiéndola. Estas ideas, pesimistas como el estudio de la Historia, son un traslado a la misma del célebre segundo principio de la termodinámica.

Ley cuarta.- Al hacer una cosa, siempre se hacen varias cosas (Los ecólogos tienen la palabra sobre esto).

Ley quinta.- En la historia de España falla a veces la conocida Ley de Murphy, según la cual "en un sistema complejo, si algo puede ir mal, irá mal", y tampoco se cumple siempre su corolario de que "si las cosas van mal en alguna parte, acabarán yendo mal en todas partes". Por excepción, junto a nuestros abundantes infortunios, se ha dado en la historia nacional unas cuantas veces la posibilidad de que las cosas fueran mal, y, en cambio, no ha ocurrido así.

Ley sexta.- Este país (y otros) tiende a no creer en los peligros hasta que han causado su efecto. Esta ley es un extracto de las moralejas de diversas fábulas instructivas.

Ley séptima.- Lo normal, correcto y justo es perder en los juegos donde se tienen pocas probabilidades de ganar. Lo contrario pondría las matemáticas patas arriba.

Ley octava.- Todo régimen imperante en España ha designado como enemigos suyos a cierta multitud de españoles.

Ley novena.- Los criterios de conducta menos exigentes desalojan en España a los más exigentes (Transposición a lo político-social de la Ley de Gresham de que la mala moneda expulsa de la circulación a la buena). De acuerdo con esta norma, en la vida colectiva española las gentes se conducen conforme a la tabla de los valores más estimados por la masa. Los superiores imitan a los inferiores.

Ley décima.- En la vida histórica española no se cumple siempre el "principio de Peter" de que "todo empleado inserto en una jerarquía tiende a ascender hasta el nivel de su incompetencia". Aquí se puede seguir ascendiendo mucho más arriba del nivel de incompetencia. Cabe incluso que, si el fracaso causa algún efecto calificativo, sea en son favorable y simpático. Nada está peor visto que la capacidad y el éxito".

VOLTES, Pedro. Historia inaudita de España. Barcelona: Círculo de Lectores por cortesía de Plaza & Janés Editores, 1992 (Edición revisada y aumentada, 1ª ed. 1984) pp. 26-28.

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