Leamos más allá (lo de Rosa Aguilar)

Ya que es el Día del Libro (y del libro y la rosa, mira por donde), leamos más allá de la decisión de la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar (IU) de aceptar la propuesta de José Antonio Griñán de aceptar entrar en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía como consejera de Obras Públicas. Entrará como independiente, abandonando todos sus cargos en IU, formación que no ha tardado en darle la patada a través de su nuevo coordinador, Cayo Lara. Todos los que han sido sus compañeros se han puesto de uñas. Pero, aparte de que en los últimos días Rosa Aguilar había elogiado en diversas ocasiones la trayectoria y capacidad del nuevo presidente andaluz, a nadie debería extrañarle la decisión de Aguilar después de lo que contó hace un mes en esta entrevista. Destacados: "Cuando habla de Izquierda Unida, frunce el ceño fuertemente". "A sus 51 años, a la alcaldesa de Córdoba le cuesta reconocerse como comunista". "Mi situación con Izquierda Unida no es cómoda. IU debería salir de su caparazón para abrirse a la ciudadanía, tiene que hacer propuestas donde mucha gente pueda reconocerse". No se plantea dar un paso al frente para liderar a la izquierda, ni se lo planteó hace unos meses, asegura. "Si das un paso así en tu vida es porque tienes la convicción de que las cosas pueden cambiar. Y hace ya tiempo que la posibilidad de un cambio de verdad en IU está muy en cuarentena". A buen entendedor... Además, la validez política de Aguilar siempre ha sido muy reconocida desde fuera de la que ha sido su formación política, quizá más incluso.

Vayamos con la clave interna. No es sólo que Griñán pesque en río revuelto, sino que además rescata a Mar Moreno, que hace tiempo que sonó como sucesora de Manuel Chaves. Griñán, que cumplirá 63 años en junio, mataría así varios pájaros de un tiro. Se rodea de dos políticas de mucho peso para su ejecutivo, con un enorme potencial mediático, que pueden atraer mucho voto feminista y progresista, y arregla de un plumazo el dilema acerca de la sucesión, puesto que ambas son válidas para ese puesto. Pero aún más: al arrebatarle a Izquierda Unida uno de sus más firmes valores, acaba de facto con la coalición e impide una posible fuga de votos desde el PSOE hacia IU, que a nivel andaluz queda poco menos que en la ruina con la marcha de Aguilar.

Ello a pesar de que era prácticamente imposible que contaran con ella para la candidatura de la Junta, de que muchos dentro de IU ya no la veían con buenos ojos, y de que en las últimas elecciones municipales había perdido cinco puntos porcentuales de voto y dos concejales. Aún así, Aguilar aún goza de cierto prestigio entre la ciudadanía, de modo que veremos cómo les sale el experimento (a Griñán, a Aguilar y al PSOE). En IU ha saltado ya la caja de los truenos, los adjetivos más recurrentes son "traición" y "deslealtad". Bueno, eso y que tienen más gente (¿?) y que Aguilar no les hacía ninguna falta. La mejor manera de palpar la reacción de sus antiguos camaradas es yendo aquí. Unos se lo esperaban, otros no lo comprenden y los más le dicen que se vaya a freír espárragos. Igual es que muchos no leyeron esa entrevista del mes de marzo. Si la ley electoral fuera otra, quizá otro gallo le cantaría a IU, pero de momento...

Por último, una pregunta. ¿Afectará esta decisión de Rosa Aguilar, a los diferentes acuerdos que PSOE e IU mantienen en bastantes ayuntamientos andaluces para tener una mayoría de izquierdas y gobernar en coalición? Ese acuerdo entre socialistas y comunistas se extiende a la Diputación Provincial de Málaga, y es lo que permite que haya un socialista al frente de este organismo. Uno de los ayuntamientos donde existe un acuerdo de gobierno entre PSOE e IU, y sin el cual no estaría gobernando el PSOE, es el mío, Benalmádena.

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