RTVE, ese mal necesario que nadie quiere
Yo pensaba que no tenía temas para hoy pero ahora tengo tres, y es que a veces te lo dan hecho. Empiezo con el más flojito. A pesar de que Luis Fernández, presidente de la Corporación RTVE, había dado su visto bueno al nuevo modelo de financiación orquestado por la señora De la Vega, que les deja sin publicidad a partir del 1 de enero, las discrepancias eran tan evidentes que ya se llevaba tiempo rumoreando que iba a dimitir. Con tal propósito había convocado Consejo de Administración Extraordinario para este viernes. Zapatero y Rajoy han apagado el incendio antes de que prendiera las cortinas. Aunque se hablaba de nombres como Miguel Ángel Sacaluga o Manuel Campo Vidal -el primero hubiera vuelto a la "televisión de partido" y el segundo dirige la ATV, que no se sabe bien para qué sirve-, al final el candidato de consenso es Alberto Oliart. Aunque en los últimos tiempos había sido tertuliano ocasional de algunos programas de la SER, es más recordado por haber sido ministro bajo las siglas de la UCD, tanto con Suárez como con Calvo Sotelo. Yo le recuerdo de algunas intervenciones en aquella serie sobre la Transición comandada por Victoria Prego. Si como dicen nació en 1928, tiene 81 años, así que cumple el perfil de "señor mayor, hombre de estado que hará lo que le digan y que no nos moleste demasiado". Eso, lo que dure el buen señor. Cuando el crítico Pérez de Albéniz hubo actualizado su blog este miércoles, mencionaba la salida de Fernández, pero aún no se había filtrado el nombre del sucesor. De todas formas su post sí me sirve para mi siguiente actualización: la salida de Enric González rumbo a Jerusalén, anunciada por él mismo en su artículo de hoy. Nota: el modelo de financiación que se quiere imponer a RTVE, sin anuncios, es similar al implantado en Francia desde hace un año. El resultado es que ha bajado en audiencia y en la calidad de sus contenidos. Y es que, cuanto más dinero tienes, más cosas puedes hacer.
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