¿Estaremos vivos en la primavera de 2013?
Fuentes socialistas daban el 1 de abril de 2013 como fecha del cierre de la central de Garoña. El ministro de Industria se ha reunido con el comité de empresa de la central. Como anunció ZP, nadie va a quedar contento con la decisión.
Será que en el PSOE confían en esa profecía maya que dice que el mundo se acaba en 2012 (más bien sería una transformación).
Entre la dimisión de Saiz y la decisión cangrejo sobre Garoña, el Gobierno se ha vuelto a pegar un tiro en el pie al relegar a un segundo plano el descenso del paro.
Miguel Sebastián lo ha confirmado en la rueda de prensa. Compartida con el ministro de Trabajo para hablar de la recolocación de los trabajadores y dar una alternativa industrial a la zona. No hay alternativa concreta para los empleos. Tras la rueda de prensa fuentes socialistas dicen que intentarán contentar a los antinucleares creando un impuesto para las centrales, porque tienen muchos beneficios económicos.
Las cuatro razones de Sebastián:
1- Es políticamente coherente.
2- Es laboralmente responsable.
3- Es técnicamente justificable.
4- Es energéticamente asumible.
Las grandes excusas: que de tiempo a ir cerrando la actividad de la central y a ver plasmado en la realidad el plan de empleo para la zona.
Nuclenor irá a los tribunales. Los ecologistas irán a los tribunales. El PSOE, muñeco de pim-pam-pum. La muerte política de Zapatero, lenta, pero inexorable.
El presidente del comité de empresa, en declaraciones tras reunirse con Sebastián, no acepta el cierre de Garoña para 2013. Querían que se respetara el plazo del CSN, hasta 2019 con las reformas necesarias. Tampoco le parece asumible el plan alternativo. Los representantes sindicales se han negado a verlo al menos hasta mañana. Ecologistas en Acción, que ha hablado para La Ventana de la SER, tampoco está de acuerdo. "Decisión salomónica, cobarde, el Gobierno está para tomar decisiones y cumplir el programa, pusilánime, intenta contentar a todos y no satisface a nadie, no hay un plan para el cierre progresivo de las demás centrales". Un teniente de alcalde de un pueblo cercano, Trespaderne, también ha mostrado su disgusto.
Interesante visión del tema: "Hubiera sido una oportunidad inmejorable para abrir un debate serio, contenido, profundo, sobre el futuro de esta fuente de energía, sobre sus pros, sus contras y sus alternativas. Sin embargo, Garoña se ha convertido en una moneda política de cambio más. Si el Ejecutivo prorroga, como se prevé, cuatro años la vida del reactor es, sólo, porque le interesa políticamente. Para contentar a los dos extremos, como Salomón". No, no hay debate, por ahí hay que empezar. Todos son culpables, como escribe Juan T. Delgado en un artículo titulado con acierto "España es así (y así nos va)" en El Mundo.
A veces lamento no tener Twitter... No, mentira, mis frases son tan largas que eso no me serviría, me vendría mejor un portátil o un móvil último modelo para actualizar más rápido.
Será que en el PSOE confían en esa profecía maya que dice que el mundo se acaba en 2012 (más bien sería una transformación).
Entre la dimisión de Saiz y la decisión cangrejo sobre Garoña, el Gobierno se ha vuelto a pegar un tiro en el pie al relegar a un segundo plano el descenso del paro.
Miguel Sebastián lo ha confirmado en la rueda de prensa. Compartida con el ministro de Trabajo para hablar de la recolocación de los trabajadores y dar una alternativa industrial a la zona. No hay alternativa concreta para los empleos. Tras la rueda de prensa fuentes socialistas dicen que intentarán contentar a los antinucleares creando un impuesto para las centrales, porque tienen muchos beneficios económicos.
Las cuatro razones de Sebastián:
1- Es políticamente coherente.
2- Es laboralmente responsable.
3- Es técnicamente justificable.
4- Es energéticamente asumible.
Las grandes excusas: que de tiempo a ir cerrando la actividad de la central y a ver plasmado en la realidad el plan de empleo para la zona.
Nuclenor irá a los tribunales. Los ecologistas irán a los tribunales. El PSOE, muñeco de pim-pam-pum. La muerte política de Zapatero, lenta, pero inexorable.
El presidente del comité de empresa, en declaraciones tras reunirse con Sebastián, no acepta el cierre de Garoña para 2013. Querían que se respetara el plazo del CSN, hasta 2019 con las reformas necesarias. Tampoco le parece asumible el plan alternativo. Los representantes sindicales se han negado a verlo al menos hasta mañana. Ecologistas en Acción, que ha hablado para La Ventana de la SER, tampoco está de acuerdo. "Decisión salomónica, cobarde, el Gobierno está para tomar decisiones y cumplir el programa, pusilánime, intenta contentar a todos y no satisface a nadie, no hay un plan para el cierre progresivo de las demás centrales". Un teniente de alcalde de un pueblo cercano, Trespaderne, también ha mostrado su disgusto.
Interesante visión del tema: "Hubiera sido una oportunidad inmejorable para abrir un debate serio, contenido, profundo, sobre el futuro de esta fuente de energía, sobre sus pros, sus contras y sus alternativas. Sin embargo, Garoña se ha convertido en una moneda política de cambio más. Si el Ejecutivo prorroga, como se prevé, cuatro años la vida del reactor es, sólo, porque le interesa políticamente. Para contentar a los dos extremos, como Salomón". No, no hay debate, por ahí hay que empezar. Todos son culpables, como escribe Juan T. Delgado en un artículo titulado con acierto "España es así (y así nos va)" en El Mundo.
A veces lamento no tener Twitter... No, mentira, mis frases son tan largas que eso no me serviría, me vendría mejor un portátil o un móvil último modelo para actualizar más rápido.
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