Y no era Marbella

Un día y se supone que vendrá la mujer del presidente de los EEUU con una de sus hijas al sur de España a pasar unos días de vacaciones. El primer día que se rumoreó acerca de la visita, una televisión nacional preguntó a gente que estaba en la playa qué lugares de Marbella o de Málaga le recomendarían visitar, a ella o al marido, que aún hay quien cree que va a venir. Ojalá, pero creo que ni así se iba a lograr el supuesto impacto mediático y el pretendido repunte del turismo que en estos días se ha venido diciendo en la prensa malagueña y en el sector turístico que se espera deje esta visita de carácter privado. Ojalá me equivoque. De momento los únicos dos sitios que se da por seguro que Michelle Obama va a visitar no están en Málaga; son la Alhambra de Granada y Palma de Mallorca, para ver a los Reyes. También salió la alcaldesa de Marbella encantada con la visita y la proyección que iba a dar a la ciudad. Se ha llegado a decir que iba a beneficiar a toda la Costa del Sol. Bien. A mí todo esto me suena a castillo en el aire y a cuento de la lechera. La economía va tan mal, turismo incluido, y aquí dependemos casi en exclusiva del turismo, que los que dependen de él o que tienen la responsabilidad de promoverlo se agarrarían a un clavo ardiendo con tal de lograr un sólo visitante más. Si viene el propio Barack Obama más de uno va a necesitar pañales para no orinarse encima de la emoción.

Una agencia de comunicación, sin saber cómo, ha llegado a la conclusión de que el impacto comunicacional de la visita se cifrará en 800 millones de euros. Ya saben que siempre los informativos nos salpican con estudios absurdos que plantean conclusiones de las que desconocemos cómo han llegado a ellas. Como cuando dicen que cada español se va a gastar de media tantos euros en las rebajas cuando tú no te vas a gastar nada o dicen que "los españoles" son partidarios de esto y de aquello y tú eres uno de esos millones de españoles a los que nunca les han hecho una encuesta y sin embargo esos estudios hablan por ti y creen saber lo que piensas y lo que te gusta. Esa agencia de comunicación calcula que se harán eco de la visita 660 televisiones, 2.500 periódicos, 2.100 medios digitales, 900 radios, 950 revistas generales y 900 del corazón. ¿No lo habrán buscado en Google? Esto ha llegado a través de un comunicado. El estudio elaborado por esta agencia para llegar a semejante conclusión es de cosecha propia: yo me lo guiso, yo me lo como, y de paso me promociono, por si alguien cuela. Y ha colado. ¿Cómo nadie puede hacerse eco de semejante chorrada y publicarla sin más? ¿Sabemos de verdad cuántos estadounidenses pueden estar interesados de verdad acerca de en dónde pasa unos días de descanso parte de la familia presidencial? Con la reforma financiera, la anunciada fecha de regreso del grueso de las tropas desplegadas en Irak, o la ley de inmigración de Arizona, ¿de verdad se van a preocupar por eso?

Al final resulta que el hotel escogido, donde por cierto han mejorado el camino de entrada y han llegado a la soberana estupidez, para mí una catetada de primera, de poner una bandera de los Estados Unidos, no está en Marbella, sino en Benahavís. Como dije, dudo que salga del hotel salvo para esas dos visitas al parecer comprometidas. No tiene necesidad. Es una visita privada, acompañada por otros amigos estadounidenses, que son quienes la invitan. El hotel tiene todo incluido. No. No creo que vea Marbella. No creo que vea Málaga. No creo que vea nada. Y si va Granada y Palma, serán esos dos sitios los que salgan en las noticias de allá, porque en esos dos sitios sí se va a dejar ver. Este fragmento de un reciente artículo en ABC es muy duro, pero ejemplificador: "El núcleo de población más cercano es Cancelada, una popular pedanía de Estepona venida a más por los últimos coletazos del boom urbanístico. Con el desarrollo de su litoral (las urbanizaciones de Costalita) la zona acoge a un turismo de nivel medio-alto mitad británico, mitad español. En suma, Michelle Obama no veraneará en Marbella (lo hará en Benahavís, con vistas a las playas de Estepona), no verá desde su suite la tradicional campiña andaluza, sino la teatralidad de una falsa Toscana, y, llevada en volandas por su séquito, se librará del tradicional atraco de la ración de pescado a la sal a precio «según mercado» de cualquiera de los restaurantes de los alrededores. O sea, que no va a conocer nada". Espero equivocarme pero me temo que este texto no va desencaminado. Por si acaso, miren ustedes, le voy a preguntar a una amiga mía que vive en EEUU, en la zona de Atlanta, por si allí sale algo de la visita. Vamos a ver si la repercusión es alta, media, baja o nula. Y luego les cuento.

Y, como he dicho, el hotel no está en Marbella. No parece haberse enterado el presidente del Partido Popular en Andalucía, Javier Arenas, que, en un acto celebrado este lunes en dicha ciudad, ha dicho una de las estupideces más grandes que le recuerdo a un político: que Michelle Obama ha escogido Marbella como lugar de descanso gracias al cambio de signo en el Ayuntamiento de Marbella y a la gestión de su actual equipo de Gobierno. Que la mujer de Obama va "a Marbella" gracias al PP. Asombroso. Aparte de que no está en Marbella el hotel dichoso, señor Arenas, ¿de verdad es tan ingenuo como para creer, o tan imbéciles ve a los demás como para que le crean? ¿De verdad cree usted que Michelle Obama sabe dónde está Marbella y aún más, quién ganó allí las últimas elecciones municipales? ¿Y que por eso ha decidido venir a esa zona? Si usted se cree eso, señor Arenas, le informo de algo: los Reyes Magos son los padres. ¿A que no se lo esperaba? No olvido a la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, que ha convocado para esta mañana una rueda de prensa para informar "de las iniciativas municipales que llevará a cabo el Ayuntamiento con motivo del viaje de la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, a la ciudad". No sabía que esta señora es alcaldesa de Benahavís en sus ratos libres. Según cuenta Sur, tampoco han dado muchas muestras de lucidez los socialistas Juan Luis Rascón, diputado por Córdoba, y David Valadez, alcalde de Estepona, un Ayuntamiento prácticamente en la quiebra (cosa heredada, aclaremos) pero que no tiene reparos, nos cuentan, en mandar imprimir 40 banderolas de diferente tamaño con la leyenda 'Es Estepona. Costa del Sol', para que la señora de Obama las lea al pasar.

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