Periodismo
Con motivo del movimiento 15M, que se desarrolla de forma principal en la Puerta del Sol de Madrid, se ha constituido una actividad paralela encaminada a sentar principios de regeneración del periodismo. Se denomina "Periodismo Real Ya" y ha formulado algunas propuestas de consenso, que son las siguientes:
- No a los contratos basura.
- No a los despidos masivos.
- No a los becarios de 35 años.
- No a los políticos empotrados en los medios.
- No al periodismo multitask a dos duros.
- Copiar, pegar y revender son delitos.
- No a las prejubilaciones, necesitamos maestros.
- La información no es espectáculo y los informativos no son un circo.
- No a la extinción del servicio de enviado y corresponsal.
- Servicio público y sentido de la responsabilidad.
Plasma algunos de los principales problemas de una profesión que afronta tanto una crisis económica como una readaptación tecnológica. El informe de la profesión periodística 2010, al que ya he aludido en otra ocasión, también los cita, y son algunos de los temas que hemos debatido en el máster que estoy cursando. Ante la crisis de resultados, las empresas periodísticas fueron a lo más fácil para reducir gastos y entrar en beneficios: despedir profesionales. Echaron a aquellos veteranos o semiveteranos que conocían los resortes del oficio y que, muy importante, manejaban las fuentes. Quienes entraron en su lugar, becarios o gente recién salida de las facultades, no las conocen, y quienes se las podían facilitar ya no estaban, con lo que era mucho más difícil hacer el trabajo. Ante eso, más la premura de tiempo, y tener que escribir a la vez para papel e Internet, e incluso grabar vídeo, sacar fotos o tuitear, el resultado es el previsible: abuso del copia y pega, de las notas de prensa, de la información sin contrastar, de la redacción con faltas de ortografía, y de una supeditación a las fuentes oficiales. Al fin, tenemos un periodismo peor hecho y menos creíble.
Otro defecto es el recurso a las informaciones de agencia, tanto en prensa escrita como en televisión, donde esto se traduce en el fenómeno de dar como noticias cosas que no son noticia y que son verdaderas tonterías, como vídeos de bebés, de animales, el último 'hit' de YouTube o la última moda importada de EEUU, así como el paraguas de "sociedad": actores, cantantes y famosos, un verdadero cajón de sastre donde todo cabe con tal de rellenar. Los periodistas deberían plantarse, no solo ante los políticos que no admiten preguntas, como sugiere la iniciativa "Sin preguntas no hay cobertura", sino también ante algunas cosas que les piden sus empresas, pero es muy difícil. Empresas cuyo principal objetivo ya no es informar, sino obtener un rédito económico de la información, es decir, la noticia como producto comercial puro y duro.
En España abunda la figura de las Asociaciones de la Prensa, siendo su aglutinador la FAPE. Lo menos frecuente es la existencia de un Colegio de Periodistas, siendo el de Cataluña el más conocido. Andalucía está en vías de constituir uno. La labor de estos organismos suele ceñirse a denunciar mediante comunicados cuando hay algún ERE, situación injusta con alguien del colectivo o un mal ejercicio de la profesión. Se agradecería que tuvieran más medios para, por ejemplo, evitar el intrusismo, la precariedad laboral o los despidos, asesorando con servicios jurídicos a los afectados, no solo respaldar moralmente a los que sufren esas situaciones.
España ha tenido varias leyes de prensa. La última fue la llamada Ley Fraga de 1966, algunos de cuyos preceptos siguen vigentes puesto que nunca fue derogada del todo, sino solamente reformada por legislaciones posteriores. Tampoco hay un nuevo Estatuto del Periodista Profesional. Izquierda Unida presentó un proyecto en ese sentido en 2004. He hallado un sitio donde se comenta el Título Primero de esa propuesta de Estatuto. En otro figura una relación de textos que afectan a la regulación del derecho a la información. Y por último, en pdf, el texto íntegro de la Proposición de Ley del Estatuto del Periodista Profesional que presentó IU.
Otro debate es si los ciudadanos están preparados para un correcto consumo de los medios, de modo que este consumo sea crítico y ayuden así a que mejore la práctica periodística. Y a que los medios de información sean verdaderos medios de comunicación. En otros países hay asignaturas de educación primaria o secundaria donde figura como tarea la creación de talleres de prensa para fomentar un consumo crítico de los medios. Aquí, no.
El actual Gobierno ha aparcado la tramitación de la prometida Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, mientras que el ministro portavoz, Ramón Jáuregui, se ha llenado la boca de palabras vacías, al anunciar la pronta creación de un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales. Es, junto a la Ley de Transparencia, uno de los instrumentos legales con que cuentan los países de nuestro entorno, siendo España uno de los pocos países que carece de los mismos. Jeff Jaffe, presidente ejecutivo del Consorcio W3C, organismo internacional que decide sobre los estándares Web, ha declarado a El Mundo que "lo primero que tienen que hacer los gobiernos es hacer sus datos abiertos" y que "es un asunto de obligación" ya que, en su opinión, "en una sociedad democrática, los datos del Gobierno pertenecen a los ciudadanos".
El ministro Jáuregui también ha sugerido la creación de una "fundación tripartita" formada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), los sindicatos y los editores, que gestione de forma independiente la formación de los periodistas. ¿Y qué hacemos con las facultades (aunque me parezcan demasiadas)?
El debate en Twitter se articula bajo la etiqueta #periodismorealya, y algunos de sus impulsores y contribuyentes son Bárbara Yuste (@byuste), Virginia P. Alonso (@Virginiapalonso), Mirentxu Mariño (@MirenM), Pilar Portero (@pilarportero), Pampa G. Molina (@pampanilla), Juan Luis Sánchez (@juanlusanchez), Antonio Martínez Ron (@aberron) o Marta Molina (@martamolina76). Por supuesto, no son todos los que están.
Otro foro destacado en este sentido, y de mayor antigüedad que el citado, se gestiona bajo la etiqueta #cafeperiodismo y desde el sitio http://cafeperiodismo.com/.
Todo lo que sirva para mejorar la situación del periodismo y sus profesionales es buena noticia.
- No a los contratos basura.
- No a los despidos masivos.
- No a los becarios de 35 años.
- No a los políticos empotrados en los medios.
- No al periodismo multitask a dos duros.
- Copiar, pegar y revender son delitos.
- No a las prejubilaciones, necesitamos maestros.
- La información no es espectáculo y los informativos no son un circo.
- No a la extinción del servicio de enviado y corresponsal.
- Servicio público y sentido de la responsabilidad.
Plasma algunos de los principales problemas de una profesión que afronta tanto una crisis económica como una readaptación tecnológica. El informe de la profesión periodística 2010, al que ya he aludido en otra ocasión, también los cita, y son algunos de los temas que hemos debatido en el máster que estoy cursando. Ante la crisis de resultados, las empresas periodísticas fueron a lo más fácil para reducir gastos y entrar en beneficios: despedir profesionales. Echaron a aquellos veteranos o semiveteranos que conocían los resortes del oficio y que, muy importante, manejaban las fuentes. Quienes entraron en su lugar, becarios o gente recién salida de las facultades, no las conocen, y quienes se las podían facilitar ya no estaban, con lo que era mucho más difícil hacer el trabajo. Ante eso, más la premura de tiempo, y tener que escribir a la vez para papel e Internet, e incluso grabar vídeo, sacar fotos o tuitear, el resultado es el previsible: abuso del copia y pega, de las notas de prensa, de la información sin contrastar, de la redacción con faltas de ortografía, y de una supeditación a las fuentes oficiales. Al fin, tenemos un periodismo peor hecho y menos creíble.
Otro defecto es el recurso a las informaciones de agencia, tanto en prensa escrita como en televisión, donde esto se traduce en el fenómeno de dar como noticias cosas que no son noticia y que son verdaderas tonterías, como vídeos de bebés, de animales, el último 'hit' de YouTube o la última moda importada de EEUU, así como el paraguas de "sociedad": actores, cantantes y famosos, un verdadero cajón de sastre donde todo cabe con tal de rellenar. Los periodistas deberían plantarse, no solo ante los políticos que no admiten preguntas, como sugiere la iniciativa "Sin preguntas no hay cobertura", sino también ante algunas cosas que les piden sus empresas, pero es muy difícil. Empresas cuyo principal objetivo ya no es informar, sino obtener un rédito económico de la información, es decir, la noticia como producto comercial puro y duro.
En España abunda la figura de las Asociaciones de la Prensa, siendo su aglutinador la FAPE. Lo menos frecuente es la existencia de un Colegio de Periodistas, siendo el de Cataluña el más conocido. Andalucía está en vías de constituir uno. La labor de estos organismos suele ceñirse a denunciar mediante comunicados cuando hay algún ERE, situación injusta con alguien del colectivo o un mal ejercicio de la profesión. Se agradecería que tuvieran más medios para, por ejemplo, evitar el intrusismo, la precariedad laboral o los despidos, asesorando con servicios jurídicos a los afectados, no solo respaldar moralmente a los que sufren esas situaciones.
España ha tenido varias leyes de prensa. La última fue la llamada Ley Fraga de 1966, algunos de cuyos preceptos siguen vigentes puesto que nunca fue derogada del todo, sino solamente reformada por legislaciones posteriores. Tampoco hay un nuevo Estatuto del Periodista Profesional. Izquierda Unida presentó un proyecto en ese sentido en 2004. He hallado un sitio donde se comenta el Título Primero de esa propuesta de Estatuto. En otro figura una relación de textos que afectan a la regulación del derecho a la información. Y por último, en pdf, el texto íntegro de la Proposición de Ley del Estatuto del Periodista Profesional que presentó IU.
Otro debate es si los ciudadanos están preparados para un correcto consumo de los medios, de modo que este consumo sea crítico y ayuden así a que mejore la práctica periodística. Y a que los medios de información sean verdaderos medios de comunicación. En otros países hay asignaturas de educación primaria o secundaria donde figura como tarea la creación de talleres de prensa para fomentar un consumo crítico de los medios. Aquí, no.
El actual Gobierno ha aparcado la tramitación de la prometida Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, mientras que el ministro portavoz, Ramón Jáuregui, se ha llenado la boca de palabras vacías, al anunciar la pronta creación de un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales. Es, junto a la Ley de Transparencia, uno de los instrumentos legales con que cuentan los países de nuestro entorno, siendo España uno de los pocos países que carece de los mismos. Jeff Jaffe, presidente ejecutivo del Consorcio W3C, organismo internacional que decide sobre los estándares Web, ha declarado a El Mundo que "lo primero que tienen que hacer los gobiernos es hacer sus datos abiertos" y que "es un asunto de obligación" ya que, en su opinión, "en una sociedad democrática, los datos del Gobierno pertenecen a los ciudadanos".
El ministro Jáuregui también ha sugerido la creación de una "fundación tripartita" formada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), los sindicatos y los editores, que gestione de forma independiente la formación de los periodistas. ¿Y qué hacemos con las facultades (aunque me parezcan demasiadas)?
El debate en Twitter se articula bajo la etiqueta #periodismorealya, y algunos de sus impulsores y contribuyentes son Bárbara Yuste (@byuste), Virginia P. Alonso (@Virginiapalonso), Mirentxu Mariño (@MirenM), Pilar Portero (@pilarportero), Pampa G. Molina (@pampanilla), Juan Luis Sánchez (@juanlusanchez), Antonio Martínez Ron (@aberron) o Marta Molina (@martamolina76). Por supuesto, no son todos los que están.
Otro foro destacado en este sentido, y de mayor antigüedad que el citado, se gestiona bajo la etiqueta #cafeperiodismo y desde el sitio http://cafeperiodismo.com/.
Todo lo que sirva para mejorar la situación del periodismo y sus profesionales es buena noticia.
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