Tenga ministros para esto
El presidente del Gobierno debe haberse enterado de que le critican por su marcado presidencialismo, ese querer hacerse cargo de todo, la manía de no delegar, casi se diría de ningunear a sus ministros. Y algo habrá tenido que ver el hecho de que en la última encuesta del CIS hayan suspendido todos. Así que, bien porque se lo han aconsejado, o porque anda enfrascado en reuniones preparatorias de la próxima presidencia de la UE, en los últimos días no hemos visto a Zapatero, y algunos de los ministros están apareciendo en los medios tratando de recuperar protagonismo. Elena Salgado y Carme Chacón pasaron por El programa de AR (Telecinco), en un intento de este espacio por aparentar seriedad y disimular su chabacanería. Ángel Gabilondo fue entrevistado en RNE y soltó el globo sonda de la educación obligatoria hasta los 18 años, cuando ni siquiera tenemos modelo educativo. Pero otras dos apariciones han sido sonadas, y una tercera, desafortunada pese a producirse en un ámbito privado.
Ésta última es la de la ministra Elena Espinosa, que en su calidad de responsable del "medio marino" fue a entrevistarse con las familias de los marineros secuestrados a bordo del pesquero Alakrana en las costas de Somalia. El gobierno recomendó a los familiares discreción y por tanto que no se prodigaran demasiado en los medios (ayer explotaron y dieron una rueda de prensa), pero una de ellas, Silvia Albés, ha debido de hablar demasiado y fue recriminada por la ministra. En mala hora lo hizo, pues acto seguido fue la política la reprendida: en lugar de ir para comprender y ayudar, lo hace para abroncar. Lo que la ministra les transmitió fue tan poco que, estiman, para esto "se podía haber ahorrado la visita". Una clara falta de tacto, de "mano izquierda" y del sano ejercicio consistente en ponerse en el lugar del otro. Y eso que es gallega.
Los "metepatas" son otros dos: Ángeles González-Sinde y Miguel Sebastián. La primera con aquello que dijo en TVE de que Mozart murió pobre y a sus descendientes les hubiera ido mejor teniendo derechos de autor. Internet ha vuelto a ser escenario de críticas, mofas y chanzas contra la ex presidenta de la Academia de Cine. Ejemplos, blog 1, blog 2 y corrosiva viñeta. Respecto al "señor de las bombillas", alguna se le debió encender cuando dijo en el Senado que España es competitiva en banda ancha en cuanto a velocidad y precio, negando la realidad de que las conexiones en nuestro país son lentas (y se anuncia más velocidad de la real) y caras. El texto de Tuexperto.com es bastante explícito en cuanto a las "inexactitudes" del señor ministro, uno de los más bocazas del Ejecutivo y que sin duda todos respiraremos más aliviados cuando se marche a su casa.
Repasemos: miente en el tema de las centrales nucleares, fracasa en las conversaciones con las multinacionales de coches para el sostenimiento de los puestos de trabajo y cuando hay acuerdo va solo para hacerse la foto, aprueba la TDT de pago un 15 de agosto, falla en las previsiones de implantación del apagón analógico, monta un decreto para que se consuma más carbón y se produzca más CO2, está ausente del Consejo de Ministros celebrado en Canarias cuando buena parte de los proyectos ahí aprobados son de su departamento... Muchos más errores o despropósitos, que aciertos (el plan 2000E o el coche eléctrico). Poco importa que empiece a desmarcarse de las locuras energéticas de Zapatero. Que por cierto, igual ahí reside la explicación de que el presidente cope la atención mediática por encima de sus ministros: vemos como, en según qué casos, dejarles sueltos (y sobre todo, con la lengua suelta) se revela altamente peligroso.
Ésta última es la de la ministra Elena Espinosa, que en su calidad de responsable del "medio marino" fue a entrevistarse con las familias de los marineros secuestrados a bordo del pesquero Alakrana en las costas de Somalia. El gobierno recomendó a los familiares discreción y por tanto que no se prodigaran demasiado en los medios (ayer explotaron y dieron una rueda de prensa), pero una de ellas, Silvia Albés, ha debido de hablar demasiado y fue recriminada por la ministra. En mala hora lo hizo, pues acto seguido fue la política la reprendida: en lugar de ir para comprender y ayudar, lo hace para abroncar. Lo que la ministra les transmitió fue tan poco que, estiman, para esto "se podía haber ahorrado la visita". Una clara falta de tacto, de "mano izquierda" y del sano ejercicio consistente en ponerse en el lugar del otro. Y eso que es gallega.
Los "metepatas" son otros dos: Ángeles González-Sinde y Miguel Sebastián. La primera con aquello que dijo en TVE de que Mozart murió pobre y a sus descendientes les hubiera ido mejor teniendo derechos de autor. Internet ha vuelto a ser escenario de críticas, mofas y chanzas contra la ex presidenta de la Academia de Cine. Ejemplos, blog 1, blog 2 y corrosiva viñeta. Respecto al "señor de las bombillas", alguna se le debió encender cuando dijo en el Senado que España es competitiva en banda ancha en cuanto a velocidad y precio, negando la realidad de que las conexiones en nuestro país son lentas (y se anuncia más velocidad de la real) y caras. El texto de Tuexperto.com es bastante explícito en cuanto a las "inexactitudes" del señor ministro, uno de los más bocazas del Ejecutivo y que sin duda todos respiraremos más aliviados cuando se marche a su casa.
Repasemos: miente en el tema de las centrales nucleares, fracasa en las conversaciones con las multinacionales de coches para el sostenimiento de los puestos de trabajo y cuando hay acuerdo va solo para hacerse la foto, aprueba la TDT de pago un 15 de agosto, falla en las previsiones de implantación del apagón analógico, monta un decreto para que se consuma más carbón y se produzca más CO2, está ausente del Consejo de Ministros celebrado en Canarias cuando buena parte de los proyectos ahí aprobados son de su departamento... Muchos más errores o despropósitos, que aciertos (el plan 2000E o el coche eléctrico). Poco importa que empiece a desmarcarse de las locuras energéticas de Zapatero. Que por cierto, igual ahí reside la explicación de que el presidente cope la atención mediática por encima de sus ministros: vemos como, en según qué casos, dejarles sueltos (y sobre todo, con la lengua suelta) se revela altamente peligroso.
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