Crisis y remodelación del Gobierno
Entrevista publicada en el suplemento Vivir del periódico La Vanguardia, el viernes 20 de febrero de 2009. "Las fotos son lo único mío del despacho". Pues ya las habrá empaquetado. Sale una malagueña de adopción que vive en Málaga y entra una de nacimiento que casi nunca está, Trinidad Jiménez. Lo curioso es que ella sí se venía mereciendo un ministerio desde 2004 y ahora entra de rebote.
Se van también Cabrera, Molina, Bernat-Soria y Solbes. Incomprensiblemente, mantiene Vivienda e Igualdad, así como un ministerio de Ciencia y Tecnología que pierde peso.
No me equivocaré mucho si digo que no van a tardar demasiado en calificar el nombramiento de Ángeles González-Sinde al frente de Cultura como de "premio a los titiriteros". Quizá se diga lo mismo del nombramiento del hermano de Iñaki Gabilondo en Educación.
Pues sí, me temo que los internautas van a ser el gran objetivo de la nueva ministra. Olvidémonos de que decida de quién dependerá el Instituto Cervantes, por ejemplo.-
La alocución y respuesta de Zapatero me han parecido palabras huecas, vacías, y hablar mucho para decir nada en el intento de justificar los cambios. Ha asumido personalmente Deportes después de haber prometido que iba a crear un departamento propio para esa materia. Igual al final no lo ha hecho porque se podía tachar de frívolo, y se ha quedado a medio camino.
Gran parte de los analistas han coincidido en que Elena Salgado no da el perfil para Economía, sobre todo por ser poco dialogante. ¿Y no habría venido mejor un catalán o un vasco para Cooperación Territorial? Andalucía, de donde viene Chaves, acaba de ver compensada su deuda histórica, mientras otras autonomías aún andan reclamando que se cumplan las transferencias que marcan sus estatutos. Otra incógnita es si José Blanco es el adecuado para Fomento, al no tener bagaje alguno en la materia. Seguramente dará mucho dinero para obras en Galicia para presentarle como futuro candidato a la Xunta. En cuanto a Trinidad, es el tercer peso pesado del organigrama del PSOE que entra en el Ejecutivo junto al propio Blanco y Chaves, con lo que Zapatero se rodea de pesos pesados y de confianza del partido para su núcleo duro. Todo indica que el presidente quiere además alejarse de los focos y aligerar algo del excesivo protagonismo que tiene, ya que la mayoría del gabinete ha tenido hasta ahora una presencia mediática y un peso político casi nulos.
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